El anuncio se produjo cuatro horas antes de que expirara esta medianoche el plazo previsto para solicitar la inmunidad.
Además de paralizar su imputación, la petición puede abrir un largo periodo de debates en el parlamento y ante los juzgados.
Netanyahu se convierte de esta manera en el primer jefe de gobierno de Israel que solicita inmunidad a la Kneset.
Netanyahu volvió a justificar su decisión de continuar en el cargo aduciendo que el sistema jurídico israelí no respeta lo que decide la población en las urnas.
Expertos jurídicos no descartan que el proceso que ahora se abre se prolongue durante más de un año, en función de cómo actúe la Kneset y en función de las apelaciones que haga Netanyahu.
Está claro que Netanyahu quiere obtener una mayoría de 61 escaños en las elecciones del 2 de marzo, de manera que el bloque de la derecha y los religiosos le conceda la inmunidad.
El primer ministro en funciones se encuentra, sin embargo, en una situación complicada, aunque está decidido a no arrojar la toalla.
Israel es Nuestra Casa se ha convertido en un partido bisagra en las dos últimas elecciones celebradas en 2019, pero se ha negado a dar sus votos a ninguno de los dos grandes bloques, lo que conducirá a la celebración de las terceras elecciones consecutivas en once meses.
Las palabras de hoy de Lieberman quizá sean una indicación que de que a partir de ahora entrará en un enfrentamiento más directo con Netanyahu.
El jefe de la oposición, Benny Gantz, de la coalición Azul y Blanco, denunció rápidamente la petición de inmunidad y acusó a Netanyahu de defender su ambición personal por delante de los intereses de Israel.