"Si no hay mesa, no hay legislatura. Repito, si no hay mesa no hay legislatura", dijo Gabriel Rufián, portavoz de ERC, durante el debate de investidura de Sánchez.
ERC prestará a Sánchez un total de 13 abstenciones que inclinan la balanza a su favor, permitiéndole ser investido por mayoría simple en la segunda votación de la investidura, prevista para este martes 7.
A cambio, Sánchez cumplirá con la exigencia de ERC para crear una mesa de diálogo en la que el Gobierno de España y las autoridades autonómicas de Cataluña expondrán sus propuestas para la resolución del conflicto territorial por vías democráticas.
De esa mesa debe salir una propuesta política para resolver el conflicto que, obligatoriamente, será sometida a votación por la ciudadanía de Cataluña.
Por su parte, Sánchez replicó explicando que su Gobierno llevará a esa mesa propuestas para "resolver el contencioso territorial" con la idea de que el resultado final sea la votación de un acuerdo para renovar el encaje de Cataluña dentro de España.
"Efectivamente, tendremos que votar, pero yo quiero que votemos un acuerdo, no una ruptura ni una quiebra", dijo Sánchez.
Las dos partes, acostumbradas a intercambiar reproches, celebraron que se puedan abrir cauces para el diálogo para romper la "dinámica de bloques" e incluso admitieron haber cometido errores en los últimos años a la hora de gestionar la crisis territorial.
En ese sentido respondió a las críticas de la derecha, que durante el debate cargó duramente contra Sánchez por negociar su investidura con ERC, un partido cuyo principal líder se encuentra en prisión.
A su modo de ver, esa circunstancia no le descalifica ni a él ni a sus interlocutores, sino que refleja "un fracaso de la política".
"Cuando le dicen que negocia con un reo no hace sino constatar que la deriva judicial ha hecho que la política vaya por detrás de los acontecimientos judiciales", señaló Sánchez.
La propuesta del líder socialista es que ambas partes hagan "propósito de enmienda" y busquen un acuerdo que aunque no resuelva el conflicto en su totalidad al menos sirva para "encontrar un equilibrio" con el que salvaguardar la convivencia entre Cataluña y España.
En concreto, asumió que "no se puede implementar una república con el 50% de la población en contra", pero también pidió a Sánchez ser consciente de que "no se puede imponer una autonomía con el 50% de la población en contra".
Mientras se activa la mesa destinada a buscar puntos de encuentro, Rufián garantizó que ERC no sólo permitirá la investidura de Sánchez, sino también le ofrecerá su apoyo parlamentario para desarrollar políticas progresistas en toda España.
Esa voluntad de colaboración, insistió Rufián, estará siempre subordinada a que la constitución de la mesa sea una realidad.
También tomó la palabra durante el debate de investidura Laura Borràs, representante de Junts Per Cataluña (JxCAT), partido que gobierna en coalición en Cataluña junto con ERC.
La mesa de negociación acordada entre ERC y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es un asunto que tensiona al Gobierno catalán, hasta el punto de que el propio presidente del Ejecutivo autonómico, Quim Torra, dijo no reconocer ese espacio de diálogo como propio, lo que cubre de incertidumbre el recorrido de la propuesta.
De hecho, el propio Sánchez pidió a sus interlocutores de ERC no tener dudas sobre que el Gobierno español pondrá en marcha la mesa y les invitó a dirigir sus preocupaciones hacia las reticencias de sus socios de JxCAT a reconocer la legitimidad de la misma.