El aperitivo más fuerte a las celebraciones de ese punto de inflexión que significó para Alemania la caída del muro que dividió a su capital durante años, fue un trago amargo servido por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, gran protagonista de la política internacional en el año 2019. Y fue aquella ya célebre frase sobre que la OTAN tiene muerte cerebral.
Dos Alemanias, una leyenda
Lo que siguió, ya es historia conocida: la reintegración de 'las dos Alemanias' en lo que muchos analistas catalogan como una 'anexión económica', que incluyó el impuesto de solidaridad a los alemanes del oeste para financiar dicha reunificación y que les despertó cierta animadversión hacia sus compatriotas del Este, lo que a su vez ha provocado en esos ciudadanos de la antigua RDA, un sentimiento de ser 'ciudadanos de segunda' que cargan como un estigma.
Alemanes de segunda
Una situación que constata el analista internacional Carlos Martínez, quien subraya que efectivamente hay cierta tendencia en la población de lo que era la Alemania del Este, de que fueron maltratados y engañados, y que siguen siendo ciudadanos de segunda.
"Desde luego los alemanes orientales fueron tratados como ciudadanos de segunda desde un principio. Sí es verdad que con el tiempo estas diferencias se han ido limando, pero sí que existe todavía ese pensamiento", señala el experto.
En este sentido, Martínez incide en que en la actualidad se vive un momento "en el cual los diferentes nacionalismos están en auge, y sobre todo en los países más ricos: Alemania es uno de ellos, y muchos alemanes del Este culpan de su situación, no a la transición del socialismo al capitalismo, sino a los extranjeros, lo que es un pensamiento absurdo, ridículo, infantil y por supuesto, neonazi. Esa es la situación de Alemania del Este hoy en día", sentencia el analista.