El jueves, el presidente Donald Trump dijo a los periodistas que Washington mató a Soleimani, comandante de la Fuerza de élite Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, para detener sus planes de hacer estallar la embajada de EEUU en Bagdad.
"No hay dudas de que Qasem Soleimaní planeaba una serie de ataques, no sabemos exactamente cuándo ni dónde, pero era una amenaza real", dijo Pompeo en una entrevista con la cadena Fox News.
Tras el ataque, el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, prometió represalias contra EEUU.
El 8 de enero Irán bombardeó instalaciones militares usadas por EEUU en Irak, incluidas la base de Ain al Asad en la provincia de Al Anbar (oeste) y otra en Erbil (norte), en represalia por el asesinato de Soleimaní.
La televisión iraní Press TV afirmó que el bombardeo se saldó con 80 muertos; por su parte, Trump dijo que ningún estadounidense resultó muerto ni herido en la ofensiva.
Tras el ataque iraní, el mandatario estadounidense anunció sanciones económicas adicionales contra Teherán, mientras su administración evalúa una respuesta al ataque.