"Llamamos a las partes a seguir respetando el alto el fuego que debería haber entrado en vigor el 12 de enero", dijo Dujarric.
También abogó por poner fin a la injerencia extranjera y cumplir plenamente el embargo de armas en Libia.
El 8 de enero, los presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, llamaron a declarar un alto el fuego en territorio de Libia a partir del 12 de enero.
El comandante del Ejército Nacional Libio, Jalifa Haftar declaró el alto el fuego en el oeste del país a partir del domingo pasado, sin embargo, al finalizar las consultas celebradas el lunes en Moscú y promovidas por Rusia y Turquía, partió sin firmar el documento final de las negociaciones sobre el alto el fuego pidiendo más tiempo para estudiarlo.
Mientras, el jefe del Gobierno de Unidad Nacional, Fayez Al Sarraj, y el presidente del Consejo de Estado, Khalid al Mishri, firmaron el documento.
El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, expresó la esperanza de que los participantes traten de aprobar un documento para resolver la crisis.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino, que controla la parte oriental del país junto con el Parlamento, y el Gobierno de Unidad Nacional en Trípoli (noroeste), avalado por la ONU.
A principios de abril pasado, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el Ejército Nacional al mando del mariscal Haftar empezara una ofensiva para liberar Trípoli de "terroristas".
Las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional respondieron con la operación Volcán de Ira contra las tropas de Haftar.