El politólogo Dmitri Bunévich, doctor en Historia y director del Instituto de Cooperación Ruso-Polaca, analiza la historia de la liberación de la capital polaca.
Sin embargo, el llamado estado clandestino —una amplia red de resistencia, que incluía instituciones civiles y militares, principalmente el Ejército Nacional (Armia Krajowa), leal al Gobierno polaco con sede en Londres— operaba en las tierras polacas.
¿Se habrían liberado los polacos solos?
A principios de 1944 se hizo evidente que el Ejército Rojo, que había detenido la ofensiva nazi a costa de increíbles esfuerzos y sacrificios, llegaría a las fronteras de la URSS y comenzaría la liberación de Polonia.
Esta perspectiva no les convenía a los polacos en Londres que querían evitar una liberación de la mano del Kremlin. Además, temían que el Comité Polaco de Liberación Nacional, de tendencia izquierdista y prosoviética, se hiciera con el poder en el país liberado.
Dos mirada a un mismo conflicto: Polonia y Rusia frente a la Segunda Guerra Mundial 🇵🇱🇷🇺
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 17 сентября 2019 г.
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Entonces, el Gobierno londinense autorizó la Operación Tempestad que debía culminar con el Levantamiento de Varsovia. La idea era que no fuera la URSS, sino el Ejército de Krajowa quien liberara la capital y asegurara la llegada del Gobierno desde Londres.
El precio del Levantamiento: casi 200.000 personas
El Ejército de Krajowa y el Gobierno en Londres ordenaron que se iniciara un levantamiento contra los nazis en Varsovia el 1 de agosto de 1944. Las fuerzas eran desiguales. A un grupo de 20.000 alemanes bien armado y reforzado se le opuso un grupo de 20.000-25.000 rebeldes mal armados y, en su mayoría, mal entrenados.
La heroica resistencia de los rebeldes, lamentablemente, no logró cambiar el curso de la lucha. Los alemanes suprimieron de una forma extremadamente violenta los focos de resistencia, mataron a civiles y destruyeron zonas urbanas enteras. Durante la represión del Levantamiento, en Varsovia murieron unos 200.000 insurgentes y civiles.
¿Podía el Ejército Rojo haber ayudado a los polacos antes?
A pesar del evidente fracaso del Levantamiento, el 3 de agosto el primer ministro del Gobierno con sede en Londres, Stanislaw Mikolajczyk, que se encontraba de visita en Moscú, informó al líder soviético, Iósif Stalin, sobre la inminente victoria del Levantamiento y prometió que su Gobierno se reuniría con el Ejército Rojo en Varsovia.
Sin embargo, el Ejército Rojo suministraba a los rebeldes armas y municiones por vía aérea. Se entregaron más de tres millones de cartuchos, medios de comunicación, más de 130.000 kilos de alimentos y más de 500 kilos de medicamentos. La aviación soviética llevó a cabo ataques aéreos contra las unidades alemanas y cubrió a los rebeldes desde aire.
Heroísmo de los pueblos de Polonia y la URSS
A pesar del complejo contexto político y de las intrigas internacionales en torno al Levantamiento, hay que recordar que sus participantes ordinarios, polacos y judíos, de izquierda y de derecha, son héroes, desesperados pero valientes, que lucharon contra los ocupantes nazis. Su heroísmo no se desvanece por la miopía y la irresponsabilidad política de los líderes del Levantamiento.
En esa operación, murieron unos 90.000 soldados del Ejército Rojo. Y en total, más de 700.000 soldados soviéticos entregaron sus vidas por la liberación de Polonia de los nazis.
En este contexto, resulta aún más triste que hoy en día el recuerdo de los héroes de la Segunda Guerra Mundial sea tan a menudo utilizado por los políticos para ganar puntos y provocar disputas históricas.
Se puede discutir de manera civilizada sobre las personalidades y las decisiones de Mikolajczyk o Stalin, pero la memoria de aquellos que dieron sus vidas luchando por la libertad de Europa del nazismo alemán, ya sean polacos o rusos, debe ser sin duda respetada. Estas personas merecen nuestro respeto, memoria y monumentos.