A pesar del percance, desde la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EEUU, mejor conocida como DARPA, y Dynetics destacaron que los ingenieros estadounidenses habían alcanzado un logro importante en el desarrollo del dron porque este se había comportado en el aire como se esperaba durante la prueba.
Además, con esta prueba los ingenieros estadounidenses perseguían los siguientes objetivos:
- probar cómo el aparato despliega sus alas;
- ver cómo el dron arranca el motor y realiza la transición a un vuelo estable;
- recolectar datos sobre el rendimiento de los subsistemas del dron;
- verificar el funcionamiento de los sistemas de control basados tanto en tierra como en el aire;
- realizar el despliegue de su brazo de acoplamiento, que se usará para recuperar el dron en pleno vuelo;
- mostrar cómo el aparato termina su vuelo con ayuda de un paracaídas.
El Gremlins X-61A realizó su primer vuelo sin percances y consiguió cumplir todos los objetivos relacionados con sus sistemas operativos. Al final de la prueba el aparato desplegó correctamente su paracaídas estabilizador, pero falló a la hora de expulsar el paracaídas principal y acabó destruyéndose durante el aterrizaje.
"En general estoy orgulloso de ver que todo el trabajo duro valió la pena, y tenemos muchas ganas de seguir adelante hacia la primera recuperación del dron en pleno vuelo a principios de 2020", aseveró Keeter, citado por medios locales.
El ingeniero principal de la empresa, Brandon Hiller, opina que la actual prueba justifica todo el trabajo y el análisis que se han hecho por parte de su equipo en los últimos años.
"Nuestro equipo ha hecho un trabajo excelente para poder realizar el primer vuelo de este aparato único en tan poco tiempo, y estamos ansiosos por ponerlo en manos del Departamento de Defensa", concluyó, citado por la revista digital Defense Blog.