Durante su discurso el presidente de Rusia sugirió una reforma constitucional que permita a los legisladores nombrar primeros ministros y miembros del gabinete, nombramientos que competen ahora al presidente.
Hay que destacar que los tradicionales "enemigos" o adversarios del Kremlin entre los medios internacionales nada más escuchar su intervención se lanzaron al ataque. "Putin: prisa y control", titula a una de sus editoriales el diario nacional español El País. "La reforma constitucional del presidente ruso está marcada por el ansia de controlar el proceso al margen de los procedimientos legales", sanciona el subtítulo.
La primera pregunta que surge a un lector es cómo un aumento de los poderes del parlamento y del gabinete le ayudaría a Putin blindar su mandato después de que termine su presidencia. Y la verdad es que no hemos encontrado la respuesta en los medios internacionales.
Tampoco explican por qué tiene prisa el Kremlin, si es que realmente la tiene, para llevar a cabo la reforma constitucional si al presidente ruso le quedan todavía más de cuatro años de mandato con un apoyo popular estable y garantizado.
Lo que sí queda claro de las reacciones de los medios internacionales y de los comentarios es que un "Putin eterno" en el poder en Rusia es la peor pesadilla para Occidente. Ya dan por hecho que el actual presidente ruso no se irá tras el final de su mandato actual, sino encontrará una forma de perpetuarse en el poder.
"Putin propone una reforma de la constitución rusa para aumentar los poderes del parlamento", titula a una de sus crónicas la edición en español de Euronews.
Mientras tanto, varios medios destacan también que cualquier medida propuesta por Putin cuenta de antemano con el apoyo de una mayoría de los rusos.
"La calle señala el poder omnímodo de Vladímir Putin", titula la edición en español de Euronews a una de sus crónicas.
"Pero la realidad es que sobre todo el proceso planea la enorme sombra de Putin"… Da la impresión que esa enorme sombra de Putin planea sobre todo Occidente y por eso la perspectiva de que se perpetúe en el poder preocupa mucho a los medios internacionales.
Preocupa tanto que apenas tienen tiempo para analizar la figura del nuevo primer ministro Mikhail Mishutin, que hasta ahora era el máximo responsable del Servicio Federal de Impuestos de Rusia,
"Rusia: Putin confirma a Mikhail Mishustin como nuevo primer ministro", titula a una de sus crónicas la edición en español del canal France24.
"Los politólogos rusos discrepan sobre si se trata de un estadista amortizado o si podría desempeñar de nuevo el cargo de presidente", escribe El País. "Esté donde esté en el nuevo diseño de las estructuras de poder, Medvédev es una más de las piezas que Putin va colocando en el tablero para seguir mandando en Rusia".
Mientras tanto, los politólogos rusos no discrepan sobre las prioridades de trabajo de Mishustin, de 53 años, que serían la eliminación de los obstáculos para la actividad empresarial, el desarrollo de la economía digital y los proyectos nacionales.
"¿Quién es Mijaíl Mishustin, el hombre que podría encabezar el próximo Gobierno ruso?", se pregunta RT. El politólogo ruso Dmitri Babich considera que el principal objetivo de Mishustín será el de conseguir el crecimiento.
Es decir, poner un joven tecnócrata y patriota a cargo del Gobierno equivale a un "golpe constitucional" para seguir siempre en el poder. Pero eso es lo que pretenden decir nuestros colegas de los medios internacionales.
De todo lo que hemos escuchado hoy se puede sacar la conclusión de que la permanencia de Vladímir Putin en el poder es uno de los principales problemas de Occidente en lo que se refiere a la política internacional y el mayor desafío. Por eso una maniobra para que Putin quede en el poder después de que termine su mandato en 2024 realmente es la peor pesadilla de Occidente. Eso explica una reacción tan nerviosa como, por ejemplo, la de El País, y de otros medios internacionales a la propuesta de la reforma constitucional en Rusia.