El pasado año 2019, el ex periodista de The Guardian, lanzó una bomba de racimo que fue explotando en las altas esferas de autoridades judiciales brasileñas: conversaciones del entonces juez Sergio Moro —hoy ministro de Justicia— y de fiscales. Estas filtraciones dejaron al descubierto esas graves irregularidades que lograron el propósito de encarcelar a Lula.
Ahora, la Fiscalía de Brasil se salta al propio Tribunal Supremo Federal que en su momento deslindó de toda responsabilidad al periodista en el caso montado contra los hackers, con el objetivo de preservar la libertad de prensa.
Se trata de "un acto del fiscal titular de la acusación que puso a Glen [Greenwald], a pesar de que la Comisaría de policía de la Policía Federal no le identificó ningún crimen de su parte", señala Lima Rocha.
El profesor sostiene que todo esto "suena a que estamos ante una especie de venganza política de un núcleo muy duro, muy ideológico del ministerio público, que es la Fiscalía Federal, y también del ministro de Justicia y Seguridad, Sergio Moro, quien fue la gran estrella de la Operación Lava Jato".
"Estamos en un tipo de disputa política muy parecido a lo que ocurre en EEUU. Acá ya no hay más una verdad: el hecho factual, el hecho concreto, todo se transformó en una disputa de narrativa", concluye el Dr. Lima Rocha.
Mientras, el periodista Joan Royo Gual, asegura desde Río de Janeiro que hubo reacciones desde varios estamentos. "En determinados ámbitos ha habido mucho revuelo", describe.