Cientos de banderas, fuegos artificiales y gente en las calles fueron las promesas que el gobierno del conservador Boris Johnson le hizo a la ciudadanía para el festejo por la independencia de la Unión Europea (UE). El bloque al que se había unido en 1973, 16 años más tarde que el resto de las grandes economías era presentado como un escollo desde poco después de la adhesión, lo que volvió a mostrar en 2002 cuando no aceptó utilizar el euro como moneda.
Liberarse del encorsetamiento europeo fue el gran objetivo promovido por los brexiters de cara a los comicios que el 23 de junio de 2016, empezaron a delinear este día. Sin embargo, nada asegura que la separación normativa y la distancia institucional con la Europa continental repercuta en mejores desempeños de la que hoy es la segunda economía del viejo continente. De acuerdo al profesor en economía internacional José Manuel Muñoz Puigcerver, de hecho podría suceder lo contrario.
"Desde mi punto de vista van a conseguir más autonomía económica, eso es obvio. Ya no tendrán ciertas instituciones europeas que les digan que es lo que tienen que hacer en diferentes materias, distinto es que eso les vaya a beneficiar. Los términos del acuerdo no son definitivos y será entonces cuando se sepa", apuntó el experto.
"Se tendrán que materializar todavía muchos acuerdos, quedan muchos flecos todavía, por ejemplo relacionados con el sector financiero, o los que tienen que ver con la pesca y demás. Habrá que verlo. Sí conseguirán más autonomía, pero eso no quiere decir, ni muchísimo menos, que eso vaya a ser positivo en el medio largo plazo para el país. De hecho opino todo lo contrario. Yo creo que probablemente sea el mayor error histórico de Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial", agregó.