Miles de militares, docenas de aviones, cañones antiaéreos y buques de guerra protegían a los líderes mundiales que más peso tenían en la escena internacional: Winston Churchill, Franklin Delano Roosevelt y Iósif Stalin.
Las negociaciones de los representantes de la Alianza contra la Alemania nazi determinaron en gran medida la estructura política de la posguerra en Europa. Duraron una semana y terminaron el 11 de febrero de 1945. Durante este tiempo, nadie les molestó.
La seguridad de la conferencia, por mar y aire
En febrero de 1945, la cuestión de la seguridad en Crimea era muy seria. Hasta mayo de 1944 la URSS no logró expulsar a los alemanes de la península, y en la zona podrían operar agentes enemigos. Los jefes de la URSS, el Reino Unido y Estados Unidos, reunidos en un solo lugar, representaban un objetivo muy deseable y conveniente para Hitler, que sufría una derrota tras otra derrota mientras la guerra se acercaba a su final.
A principios de enero de 1945, en una reunión de los jefes de la inteligencia bajo la presidencia de Lavrenti Beria en Moscú la seguridad en Yalta fue discutida meticulosamente. Miles de oficiales de seguridad soviéticos, estadounidenses y británicos, buques y aviones de la flota del mar Negro y de la Marina estadounidense y británica participaron en la organización. Todo el territorio de Crimea fue puesto en régimen de zona del frente, aunque ya no había guerra allí.
Los líderes soviéticos temían un ataque aéreo sobre Yalta, así que asignaron todos los cazas de la flota del mar Negro —unos 160 aviones— y la defensa aérea marina para proteger la ciudad. Además, utilizaron 76 cañones antiaéreos de gran calibre, 12 unidades de artillería antiaérea de pequeño calibre, 99 ametralladoras DShK y 65 reflectores.
Para proteger a los participantes de la conferencia desde el mar, se formó un destacamento especial compuesto por un crucero, un destructor, dos buques patrulleros y diez lanchas rápidas de ataque, así como un destacamento de submarinos. Se prestó especial atención a la protección contra los submarinos enemigos.
La seguridad de los tres líderes
La seguridad de los líderes de Estado estaba garantizada al más alto nivel. Así, a Stalin le protegían 100 miembros de los servicios especiales y 500 del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD), el Ministerio del Interior de la época.
El área de estancia y movimiento de los líderes se dividió en cinco sectores operativos. El tráfico en las rutas fue regulado por 1.800 oficiales de seguridad del Estado y diez intérpretes. Varios regimientos de una división de fusiles motorizados, un regimiento separado de fuerzas especiales de las tropas del NKVD, el 281 regimiento de fusiles de las tropas internas, el 32 regimiento de tropas fronterizas, un destacamento de motocicletas de 120 personas, un batallón de reguladores militares y varios trenes blindados, así como cinco compañías de las tropas de comunicación gubernamental. Todos ellos hicieron posibles la protección directa de la conferencia.
Según los documentos desclasificados, el día más tenso y difícil para los servicios de inteligencia fue el de la llegada del presidente de Estados Unidos y el primer ministro británico junto con una escolta en 28 aviones. Los vuelos de las delegaciones operaban todos en la misma onda de radio, lo que obstaculizaba significativamente el trabajo de los controladores aéreos soviéticos. Sin embargo, todos los aviones aterrizaron desde la primera llamada.
La conferencia de Yalta en Crimea tuvo lugar del 4 al 11 de febrero de 1945 y fue la segunda reunión multilateral de los líderes de tres países de la coalición contra Hitler —la URSS, Estados Unidos y el Reino Unido— durante la Segunda Guerra Mundial, dedicada al establecimiento del orden mundial de la posguerra. La conferencia se celebró en el palacio de Livadia, a 3 km de Yalta.