"Desde que empezaron a llegar las noticias de que EEUU preparaba un plan de normalización en Oriente Medio, las esperanzas fueron aminorando en función de los pasos que daba la Administración de EEUU, en particular, en relación con el traslado de la Embajada de EEUU a Jerusalén, el reconocimiento de esta ciudad ocupada como capital de Israel y de la anexión de los Altos del Golán", señaló.
A juicio del diplomático, este plan refleja un cambio brusco en la política estadounidense con respecto a la solución del conflicto palestino-israelí y solo provoca inquietud en el mundo árabe.
"Este cambio no responde a los intereses de la paz y de la justa solución de este conflicto", resumió Yaber.
Además subrayó que este plan es resultado de las negociaciones y el acuerdo de EEUU solo con una parte del conflicto, Israel.
El plan prevé el reconocimiento mutuo de los Estados de Israel y Palestina, con una capital "indivisible" de Israel en Jerusalén, mientras que Palestina no tendría su capital en todo Jerusalén Este, como aspira, sino "en la sección de Jerusalén Oriental localizada en áreas al este y al norte de la actual barrera de seguridad, incluyendo Kafr Aqab, la parte oriental de Shuafat y Abu Dis, y que podría llamarse Al Quds".
El plan abre a Israel la posibilidad de anexar territorios palestinos en Cisjordania y extender su soberanía al valle del río Jordán, así como supone crear un Estado palestino desmilitarizado y privado de la posibilidad de controlar sus fronteras y su espacio aéreo.
