Desde que el Gobierno de Ecuador, encabezado por Lenín Moreno, decidió retirar la condición de asilo diplomático a Assange, el 11 de abril de 2019, el fundador de Wikileaks vive la incertidumbre de un proceso que amenaza con terminar con su deportación a Estados Unidos, donde un tribunal de Virginia lo reclama por varios supuestos delitos, entre ellos por buscar, encontrar y publicar material sensible de aquel país.
Muchas voces se levantaron desde entonces para impedir que sea extraditado a Estados Unidos, donde podría enfrentar una dura condena, incluida la pena de muerte.
Parlamentarios australianos por el fin de la extradición
Este 18 de febrero, un grupo de parlamentarios australianos visitó en la prisión Assange, pero antes demandaron al gobierno británico que ponga fin al proceso de extradición.
George Christensen, diputado por el Partido Liberal Nacional de Australia y coterráneo de Assange, manifestó sus esperanzas de que el primer ministro Boris Johnson ordene detener el caso contra el reconocido periodista e investigador.
"Espero que Boris Johnson aborte este caso antes del juicio", declaró George Christensen en una conferencia de prensa junto a su colega, el diputado independiente Andrew Wilkie, la abogada australiana Jennifer Robinson y el director de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, organizada en Londres por la Asociación de prensa extranjera (FPA).
Hrafnsson, por su parte, consideró que este "es un caso político, Assange es un preso político", y advirtió que se trata además de un proceso contra la libertad de prensa y el futuro del periodismo.
"En el juicio se hablará mucho de "pirateo informático", cuando simplemente se trata de periodismo; la etiqueta de hacking es propaganda", insistió.
¿Libertad condicional antes del juicio?
Mientras el estado de salud de Assange se deteriora y muchas voces se levantan a su favor, los jueces estudian la posibilidad de que espere el proceso judicial que se avecina en libertad condicional.
"Teniendo en cuenta el incumplimiento de las condiciones de su anterior liberación bajo fianza, los jueces aún están decidiendo si ponerlo en libertad bajo fianza", dijo a Sputnik este 18 de febrero su abogada, Jennifer Robinson.
Assange fue acusado de delitos sexuales en 2010 en Suecia y temiendo ser extraditado al país escandinavo, se refugió en la Embajada ecuatoriana en Londres en junio de 2012, donde permaneció hasta abril de 2019, tras lo cual un tribunal de Londres lo declaró culpable de infringir las condiciones de la libertad bajo fianza y lo condenó a 11 meses de prisión.
Médicos piden fin de la tortura psicológica
Entre las voces que se levantaron en los últimos días a favor del cambio de las condiciones en que se encuentra el fundador de Wikileaks, destacan casi 120 médicos de 18 países, quienes llamaron a ponerle fin a la tortura psicológica y a la negligencia médica en cuanto a su persona.
"Llamamos a los gobiernos para que pongan fin a la tortura a Assange y garanticen su acceso a la mejor atención médica disponible antes de que sea demasiado tarde", declararon los galenos, según la revista Lancet.
Algunos de estos médicos se habían pronunciado con anterioridad, incluso en dos ocasiones hicieron llegar sus preocupaciones a los gobiernos británicos y australiano, sin recibir respuesta alguna.
Pese a todo, incluso a los llamados del líder opositor británico Jeremy Corbin a Boris Johnson para que frene el proceso de extradición, Assange sigue en la cárcel en espera de un proceso que puede extenderse en el tiempo, incluso llevarlo a Estados Unidos, solo por "exponer crímenes de guerra, asesinatos de civiles y un buen grado de corrupción".
Johnson, por su parte, reconoció en la Cámara de los Comunes que el tratado de extradición entre el Reino Unido y Estados Unidos, que se está aplicando a Assange, contiene "elementos desequilibrados" y debería revisarse, porque permite a Washington reclamar la entrega de un individuo sin presentar pruebas de los supuestos crímenes cometidos.