Entre los organizadores, el médico Roberto Bermúdez conversó con Sputnik sobre la crisis de la salud pública que Chile ya atravesaba y que "se vio agudizada tras la revuelta social, producto de la epidemia represiva que conllevó cientos de heridos, mutilados". Para enfrentar la "permanente represión policial", señala, terminaron erigiendo "una red popular de salud".
Dos días de conversaciones, vivencias y reconocimiento. Los voluntarios de los autoconvocados equipos de auxilio de distintos rincones del país compartieron sus experiencias e inquietudes sobre los problemas de salud que vive Chile y la preocupación por la represión a las manifestaciones sociales.
"Once ciudades de ocho regiones, que en los últimos meses han estado en la calle atendiendo heridos, por primera vez nos vemos, nos reconocemos como iguales y vamos comprendiendo la potencia de caminar juntos", observa el médico.
Nestor Vera integra la Brigada Comité Emergencia y Resguardo Antofagasta, en el norte de Chile. "En Antofagasta la movilización y la represión se mantienen, ya son cuatro meses que estamos en la misma dinámica", cuenta a Sputnik.
"Ahora está más fuerte en la periferia de la ciudad, donde fuerzas especiales de la Policía está casi diario ahí reprimiendo, con balines, perdigones, gaseando todos los pasajes… Una idea fuerte del Gobierno criminalizando la protesta", relata el brigadista.
La salud en el estallido social de Chile

Para quienes forman parte de las brigadas de auxilio sanitario nacidas del estallido, una de sus mayores riquezas ha sido la integralidad, al estar compuestas no solo por profesionales y técnicos de la salud, sino también por abogados, profesores, periodistas y personas comunes y corrientes que actúan en el rescate y resguardo de los heridos.
En ese sentido, explica Bermúdez, si bien las brigadas están "estructuradas considerando la atención médica, psicológica y jurídica como un todo", la diversidad de profesionales de otras áreas —casi la mitad de sus integrantes—, que no tenían ninguna relación con el área de la salud, "ha enriquecido la mirada muchas veces sobresaturada del 'ojo clínico'".
"Y por otro lado ha acercado a quienes trabajamos en salud con la gente que se atiende en el sistema público", agrega el médico.

A su vez, la enfermera clínica Carolina Toledo, también vocera del encuentro, destacó la oportunidad de "compartir prácticas técnicas de cómo ha sido la prestación de primeros auxilios y de otras acciones de seguimiento y de atención de salud integral" en las protestas.
"También tenemos un objetivo más formativo, más crítico de la visión de la salud pública en Chile. Muchos de los brigadistas somos también trabajadores de la salud y creemos que no es suficiente lo que estamos haciendo. No solo se pretende analizar lo que ha sido nuestro actuar como brigada, sino también entendernos y reconocernos como actores sociales para cambiar el sistema de salud actual", sostiene Toledo en diálogo con Sputnik.
"Para conquistar algo así se tiene, por un lado, que fortalecer la coordinación entre las brigadas para responder a las necesidades inmediatas de atención en la calle y levantar en común una campaña contra la represión", indica.
Asimismo, Vera señala la necesidad de organización más allá de las movilizaciones en la calle "para enfrentar las reformas a la salud emprendidas por el Gobierno [del presidente de Chile, Sebastián] Piñera". A su juicio, tales reformas "pretenden continuar fortaleciendo el desvío de recursos públicos al sector privado en desmedro de la salud pública".
Protestas en Chile: ¿qué se viene?

Para quienes llevan semanas en las calles de Chile atendiendo a heridos, se ha observado una verdadera epidemia represiva que ha ido cambiando sus tácticas de contención y represión durante estos meses de revuelta social.
En ese contexto, Bermúdez detalla las alarmantes prácticas policiales y las cifras de la violencia de la represión. Se iniciaron con asesinatos no reconocidos, "quemando los cuerpos de las víctimas en incendios provocados", y que hoy suman 31 personas que han sido reportadas oficialmente como fallecidas, reporta el médico integrante del MSR.
Bermúdez cuenta que la represión siguió "con las torturas y violaciones en comisarías; más de 30.000 personas han sido detenidas. Luego continuaron con disparos de balines y lacrimógenos al cuerpo".

"Se calculan alrededor de 10.000 heridos. Después aplicaron la mutilación ocular. Son más de 400 las personas con trauma ocular", especifica.

"Finalmente, la última estrategia ha sido la de los atropellos, teniendo que contar al menos tres muertos y tres lesionados graves con secuelas inhabilitantes de por vida", completa.
Bermúdez es tajante. "Debemos estar preparados para marzo, en el sentido de que seguramente nos enfrentaremos a una táctica distinta, y debemos saber proteger, denunciar y responder a esto", concluye.