"Resulta hoy nos despertamos todos con que el que nos dio la razón era el FMI, que nosotros lo que decíamos era verdad", señaló el mandatario en un acto en la provincia de Buenos Aires.
En el marco de la inauguración de una planta de medicamentos biológicos, el presidente aseguró que "si uno plantea cómo enfrentar las cosas, hasta el FMI le puede dar la razón".
El FMI también consideró que los acreedores deben colaborar con el Gobierno para que pueda hacer frente a la deuda, lo que fue entendido en los medios locales como un aval para una posible quita.
La actual gestión heredó una deuda "cuantiosa en monto y nos comprometimos a pagarla rápidamente, algo imposible en un Argentina que tenía las características que tenía", razonó Fernández.
"Desde hace mucho tiempo promovieron el descontrol especulativo y nadie presta atención a la realidad del que produce, y cuando llega el momento de cubrir el déficit fiscal lo debe cubrir el que produce poniendo impuestos", añadió.
Al considerar que la deuda del país no es sostenible, el Fondo mencionó que desde julio de 2019 el peso argentino se depreció más de 40%, el riesgo país creció casi 1.100 puntos básicos y las reservas internacionales disminuyeron en 20.000 millones de dólares, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) "se ha contraído más de lo que había sido proyectado".
En base a ese acuerdo stand-by (de contingencia) firmado con el anterior Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), el FMI desembolsó a Argentina unos 44.000 millones de dólares de los 56.300 millones previstos en un comienzo.
En contrapartida, el organismo multilateral exigió un ajuste en las partidas presupuestarias para llegar a un equilibrio, lo que conllevaba un programa estricto en lo fiscal y en lo monetario.
El Gobierno de Fernández, que espera reestructurar la deuda pública externa que está en manos de acreedores extranjeros, entre ellos el FMI y el Club de París, advirtió que el país debe crecer antes de cumplir con sus compromisos financieros.