“Es un debate difícil y muy apasionado, pero creo que el parlamento estuvo a la altura de la tarea”, declaró a los periodistas al término del debate el presidente de la Asamblea, Eduardo Ferro, según recoge el diario portugués Público en su edición digital.
Ahora, en las comisiones, los partidos deberán negociar un texto común, aunque en líneas generales las propuestas coinciden en señalar que los solicitantes de la medida deberán ser personas en pleno uso de sus facultades mentales que sufran una situación de sufrimiento insoportable e irremediable.
“Merecemos una muerte que no nos deshumanice y que una vez llegado el fin se nos otorgue la oportunidad de una manera que dignifique nuestra existencia”, dijo la diputada no adscrita Joacine Katar Moreira, según declaraciones recogidas por la televisión pública RTP.
Esta división se refleja en el hecho de que durante el debate tomaron la palabra dos portavoces distintos del partido del Gobierno, que defendieron posiciones opuestas respecto a la despenalización de la muerte digna.
“La vida humana es inviolable”, dijo el diputado socialista António Ventura, que se mostró contrario a los proyectos de ley y pidió una mejora de los sistemas de cuidados paliativos.
Por su parte, el también socialista André Coelho Lima defendió la despenalización asegurando que facilitar la muerte de las personas en una situación de sufrimiento irremediable es “un profundo acto de amor”.
Desde los sectores conservadores y democristianos manifestaron un rotundo rechazo a la propuesta de despenalización de la eutanasia, afirmando que se trata de un “retroceso civilizatorio”.
En medio este clima de división, las comisiones parlamentarias tendrán un arduo trabajo para conseguir que el texto final que genere el consenso necesario para poder ser convertido en ley.
Con la votación de este jueves Portugal sigue la estela de su vecino, España, que hace apenas una semana también aprobó un proyecto de ley de despenalización de la eutanasia.