Stella Artois, Corona, Budweiser, Leffe, Brahma o hasta la mítica Quilmes Argentina. El consumidor llega a la góndola de las cervezas y lo que ve es una gran variedad de marcas, cada una con sus diferentes variedades y precios.
La situación es común a toda América Latina, donde los productos de las multinacionales Mondelez, Pepsico, Unilever, Procter&Gamble o Danone ocupan grandes porcentajes de las góndolas. En el caso de Argentina, a la ecuación se suma Molinos Río de la Plata.
"Es conocido que en Argentina los mercados están muy concentrados. Es un concepto muy generalizado y lo demuestra también la aprobación de esta normativa, que fue votada de forma mayoritaria por todas las fuerzas políticas", apuntó en diálogo con Sputnik la economista Natalia Pérez Barreda.
La concentración favorece la capacidad de las empresas a subir precios artificialmente y dificulta la entrada de nuevos competidores, como las pequeñas empresas. Ambos son problemas de la Argentina actual, que en 2019 sufrió una inflación superior al 50 % y fue escenario del cierre de cientos de emprendimientos productivos. Ante ello la llamada "ley de góndolas" se suma a un paquete de medidas de contención de precios.
"Además establece un 25 % de participación obligatorio para pequeñas y medianas empresas y dentro de eso, el 5 % a la economía popular. Entiéndase economía por ello a los pequeños productores o cooperativas. Sectores económicos cuyo principal problema hoy es que tienen la capacidad productiva, tienen los conocimientos, han desarrollado tipos de producción que son de excelente calidad y de muy buenos precios, pero sin embargo no pueden acceder a la comercialización", concluyó.