"La deuda es impagable debido a la situación crítica del país, en un contexto en el cual los intereses que paga el Gobierno han crecido rápidamente", afirmó Guzmán por videoconferencia durante una exposición.
En plena pandemia del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad covid-19, el titular del Palacio de Hacienda destacó que "la actual deuda pública de la Argentina no es financiable, es excesivamente onerosa y no es sostenible" y que la semana que viene el Gobierno espera discutir con los bonistas un nuevo escenario dado el contexto económico.
Durante su intervención, Guzmán explicó que "la deuda es excesivamente onerosa considerando la urgencia de atender necesidades sociales críticas" y que "tampoco es financiable dados sus costos extremadamente altos".
"Las necesidades brutas de financiamiento para los próximos cuatro años, sin ajustes, ascienden a 300.000 millones de dólares, y los intereses pagados por el Gobierno han alcanzado niveles pre crisis 2001", puntualizó.
Ajuste incompatible
Entre 2015 y 2019 el ajuste fiscal pasó de 24 a 18,6%, lo que "no devolvió la confianza sino que llevó a una caída en la demanda agregada, incrementó la informalidad y la pobreza", afirmó Guzmán.
"Debemos terminar con el manejo de la deuda insostenible", afirmó.
"La trayectoria actual de la deuda no es sostenible bajo supuestos realistas de resultado fiscal primario y de crecimiento económico", añadió el funcionario.
El Ejecutivo se ha propuesto colocar la deuda argentina en un sendero sostenible dada la crisis económica, "en la cual existe una situación social dramática, (producto de) la inflación ha crecido en los últimos cuatro años y el PBI real ha caído", indicó.
"Esto requiere que el costo de refinanciación de la deuda alineado con nuestros objetivos de superávit primario de mediano y largo plazo; y con nuestra trayectoria de crecimiento de mediano y largo plazo", detalló.
Por eso la reestructuración de la deuda debe contar con "proyecciones realistas de balanza comercial y acumulación de reservas internacionales compatibles con una normalización de las regulaciones de la cuenta de capitales; servicios de deuda consistentes con una refinanciación manejable de la deuda en pesos y moneda extranjera en el mediano y largo plazo; y buffers suficientes para la protección contra shocks exógenos como del comercio global, los financieros, y la situación actual del coronavirus COVID-19", añadió Guzmán.
El Gobierno determinó que los títulos públicos bajo legislación extranjera que intentará refinanciar con los acreedores externos ascienden a 68.842 millones de dólares.
El país sudamericano también mantiene una deuda con el Fondo Monetario Internacional de 44.000 millones de dólares que fue contraída por la administración de Mauricio Macri (2015-2019).
En contrapartida, el organismo multilateral exigió un ajuste presupuestal estricto para llegar a un equilibrio fiscal.
El actual Gobierno espera renegociar la deuda externa que se encuentra en manos de acreedores extranjeros, como el FMI y el Club de París, pero advirtió que el país debe crecer antes de cumplir con sus compromisos financieros.