La insostenibilidad de la deuda del país sudamericano es un hecho constatable, pero la inestabilidad creciente en la economía y las finanzas del mundo podrían ofrecer un terreno de mayor disponibilidad para aplazar los pagos.
Según analizó el economista argentino Francisco Cantamutto, como todo el planeta está en una situación crítica, el pedido argentino de aplazar los vencimientos de los bonos nacionales "no sería tomado como una medida agresiva sino apenas defensiva". De todas maneras, esto debería definirse en los próximos días, antes del 31 de marzo, puesto que los primeros vencimientos son en abril.
"Es necesario lograr un acuerdo o declarar un default. Una alternativa intermedia sería hacer un reperfilamiento (correr el vencimiento) como se hizo con otros bonos", explicó el integrante de la Asociación de Economía Crítica de Argentina. "La mayor parte de esos vencimientos no son con los organismos multilaterales como el FMI, que tiene a estos a partir del año que viene, sino sobre todo con los bonistas privados", agregó en diálogo con Sputnik.
Esto dificulta fuertemente la negociación debido a la heterogeneidad de esos tenedores privados, entre los que se cuentan personas físicas, pequeñas empresas, fondos de pensión y hasta los llamados fondos buitre. Estos últimos, caracterizados por comprar deuda de economías en riesgo, obtienen sus ganancias de la especulación por lo que no suelen hacer concesiones como quitas o cambios de vencimientos.
Si bien el escenario no luce alentador, de acuerdo al economista argentino, la opción del default no debería asustar. En ese caso, señaló, el país seguiría sin acceder a créditos, pero eso no cambiaría lo que vive Argentina hoy, cuando tampoco accede.
"En este momento no accede a préstamos. Por lo tanto, que el default genere falta de acceso al mercado de créditos es un costo nulo. Podría generar complicaciones en el pago de algunas líneas comerciales de grandes empresas, pero de todas maneras el comercio internacional está paralizado”, explicó el entrevistado.
Cantamutto además destacó que se “podría generar alguna pequeña corrida en el sistema financiero local de depósitos en dólares, pero ya ocurrió con la salida del Gobierno anterior, con lo cual tampoco sería muy elevado el efecto. Y podrían haber algunas potenciales sanciones comerciales a futuro pero eso es algo completamente especulativo", concluyó.