"A partir de esta noche, debo dar a los británicos una instrucción muy simple: deben quedarse en casa. Porque lo más importante que debemos hacer es detener la propagación de la enfermedad entre los hogares", dijo Johnson en su discurso a la nación.
En este nuevo paso contra la pandemia el jefe del Gobierno británico decretó el cierre de gran parte de la actividad comercial, civil y comunitaria del país.
"No deben reunirse con sus amigos. Si sus amigos les piden que se reúnan con ellos, deben decir "no", subrayó Johnson.
De momento el balance del coronavirus en territorio del Reino Unido es de 6.724 casos confirmados, incluidas 336 muertes y 140 personas recuperadas.
El 'lockdown' o cierre nacional sitúa al Reino Unido en línea con Italia, España o Francia, entre otros países que introdujeron limitaciones estrictas en el movimiento y la actividad de sus respectivas poblaciones como estrategia contra la propagación del virus.
Comercios no esenciales cerrarán durante un periodo inicial de tres semanas y solo se permitirá salir de casa para comprar lo imprescindible, ir al médico o trabajar si es absolutamente necesario.
Seguirán abiertos los supermercados y tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras, kioskos y bancos, entre otras pocas exclusiones.
En su mensaje a la nación, el primer ministro advirtió que el incumplimiento de las nuevas medidas se penalizará con multas.
"Si no siguen las normas, la Policía podrá hacerlas cumplir imponiendo incluso multas y dispersando encuentros", dijo Johnson.
El Gobierno introducirá legislación de emergencia esta misma semana acorde con la drástica posición.
"Cada uno de nosotros está obligado ahora a unirse para detener la propagación de esta enfermedad", instó el mandatario conservador.
Johnson responde así a las críticas de su gestión de la pandemia y la percibida introducción de medidas de choque con efecto retardado respecto a las autoridades regionales y locales o la iniciativa privada.