De acuerdo al doctor Gabriel Reina González, especialista en Microbiología y Parasitología de la Clínica Universidad de Navarra en España, las vacunas tienen como objetivo "engañar" a nuestro organismo. Es decir, hacerle creer que hay una infección para que se desarrollen anticuerpos y linfocitos específicos frente a ese antígeno.
Hay cuatro tipos de vacunas: las que tienen una partícula purificada del virus; las que se basan en virus completos inactivados (más infrecuentes); las que se crean a partir de virus atenuados y las que se basan en la genética. Este último tipo es el que se está ensayando para el coronavirus.
"Esta vacuna está basada en una parte del ARN del virus, que se introduce en un vector, normalmente en una bacteria, que produce el antígeno necesario para llevar a cabo la respuesta. Es una tecnología que de momento no se ha empleado en las vacunas habituales y eso añade una dificultad, porque requiere de una validación extra", explicó el especialista.
Primero se realizan ensayos clínicos en series pequeñas de individuos para probar la seguridad—en esto se encuentran los prototipos de vacunas en EEUU y China— y luego se prueba su eficacia en más personas. La última etapa, que puede tardar meses, es la producción masiva de la vacuna.
El microbiólogo español espera que la vacuna del COVID-19 salga al mercado en mayo del 2021.