"A finales de febrero, viajé a Europa. En aquel entonces, la epidemia de coronavirus alcanzaba su punto máximo en China y llegaba a otros países, pero aún no había llegado a las naciones europeas. Estuve en los Países Bajos y en el Carnaval de Colonia, en Alemania. Nadie estaba preocupado por el coronavirus en aquel momento, las ciudades estaban llenas de turistas felices, como yo", compartió la joven.
En el aeropuerto de Sheremétievo, en Moscú, Esmaeili se enteró de que para evitar la diseminación del virus SARS-CoV-2, Rusia recién había prohibido la entrada a todos los ciudadanos iraníes al país. Pese al visado de trabajo y todos los documentos que prueban que trabaja en Rusia de manera legal, la periodista no posee el permiso de residencia permanente.
"En un instante, mi mundo se volvió del revés. Toda mi vida estaba en Moscú: universidad, trabajo, dinero, necesidades básicas, objetos de valor... No podía creer que en unas pocas horas tendría que regresar a Irán con una pequeña maleta, en la que ni siquiera había un atuendo adecuado para un país musulmán", recordó la periodista.
تاریخ اول مارس: و من با این دامن کوتاه به دلیل بسته بودن مرز روسیه و به ناچار از آمستردام وارد تهران شدم pic.twitter.com/GwzJCiKTwg
— samira (@samirallll) March 27, 2020
Después de superar a los imprevistos, Esmaeili se tomó la situación con buen humor y bromeó contando que al final de su larga cuarentena solitaria en Irán se convertirá en una chef, ya que le toca cocinar todos los días. La joven cuenta que en los días de aislamiento social aprovecha el tiempo libre para estudiar, leer, ver películas e incluso tejer con lana. Sale a la calle una vez cada cuatro días, solamente para comprar alimentos y otros productos de primera necesidad.
روزهای دور کاری برای اسپوتنیک و آشپزی در خانه، قبل از کرونا من حتی نیمرو هم بلد نبودم pic.twitter.com/80Pas6BiTK
— samira (@samirallll) March 27, 2020
Esmaeili no esconde que echa de menos las conversaciones con sus colegas de trabajo y la atmósfera de la agencia de Sputnik en Moscú. La joven lamenta, además, que no pueda visitar a sus parientes, en particular a su madre, que vive en el norte del país.
"Así fue como terminó mi viaje a Europa que recordaré toda la vida. Espero que pronto llegue el día en que recordemos todas estas semanas de cuarentena y digamos 'lo hicimos'", dijo Esmaeili llena de esperanza.