"Las hierbas medicinales que más vendemos ahora son la equinácea, el diente de león, la manzanilla, y el té verde, que sirven para protegerse de resfríos", relata a esta agencia Reynaldo Rosas Ramírez, mientras muestra orgulloso sus reverdecidas plantas.
La conocida reputación de la equinácea, comenta el hierbero, ha sido incluso verificada en "ensayos clínicos sobre el resfriado común".
Los estudios han mostrado las propiedades de la planta de atractivas flores de pétalos rosados, que contribuye a reforzar el sistema inmunológico respiratorio.
La mezcla de verdes hierbas secas es ofrecido en una presentación más atractiva, en bolsas transparentes con un nombre de reminiscencia médica: Interferón.
Es la proteína producida por células de animales vertebrados como los humanos, que impiden la entrada de patógenos, como los virus.
"Compuesto de hojas de té verde, manzanilla y diente de león, antiviral, los tres integran Interferón que ayudan fortalecer el sistema inmunológico", se lee en la viñeta artesanal, con las imágenes de las plantas medicinales.
El agricultor es propietario de uno de los tantos tradicionales viveros que existen en el pueblo colonial de Atlixco, en el centro del país, que se nutre de las aguas minerales que descienden a las faldas del volcán Popocatépetl.
Así ofrece la diferencia en los populares Viveros de Cabrera de Atlixco, que proveen a la Ciudad de México y pueblos del altiplano central de toneladas de flores para cada festividad del año, desde las rojas Nochebuenas para la Navidad, hasta el anaranjado Cempazúchitl que decora los altares del Día de Muertos.
La madre del cultivador, doña Gloria Ramírez, transmitió a sus hijos su vocación por la medicina tradicional, y durante dos décadas dirigió una venta de plantas de curación en la plaza principal del pueblo, el colonial zócalo amarillo de Atlixco.
"Yo ya no voy, estoy enferma y no puedo caminar, pero siempre recomendamos el té verde para la gripe, que cuesta unos 20 pesos (menos de un dólar), y se debe tomar como agua de tiempo, todo el día", explicó a Sputnik la difusora de la tradición.
Renace el mercado de hierbas
A unos 30 kilómetros de Atlixco, las ventas de hierbas antigripales renacen en el antiguo mercado popular del cercano Cholula, el pueblo habitado más antiguo del continente.
"La venta de hierbas ha traído más clientes, nosotros ni sabíamos por qué nos pedían mucho el diente de león", dijo a Sputnik la vendedora indígena Juana Coriche González.
La mujer relata que inclusive un médico llegó al mercado a comprar grandes provisiones de hierbas, recomendadas para las enfermedades respiratorias.
"Vino un doctor y se llevó todo. Me dijo: 'deme todo lo que venda'; le pregunté para qué lo quería: 'para prevenir el coronavirus', me dijo, y se llevó todo, ya ni tengo esas hierbas", relata la hierbera.
Un comercio que resurge
El negocio mantiene ocupados a decenas de almacenes vendedores de hierbas y plantas medicinales en la ciudad colonial de Puebla, patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987, capital del estado vecino de la Ciudad de México.
Rosa Maria González, una técnica botánica en naturopatía, cuenta a Sputnik las recetas más exitosas de esta primavera boreal.
"Trabajamos mucho la equinacia, en planta o en tabletas; ayuda para reforzar el sistema inmunológico, también la vendemos en jarabe y en pastilla", dice la encargada del Centro Botánico Azteca de Puebla.
Por 75 pesos, el equivalente a unos tres dólares, se pueden obtener 25 sobrecitos para esa infusión.
Además del diente de león y el té verde, hay otras hierbas curativas, como el gordolobo, la caña fistula, el eucalipto, que se venden en mezclas disecadas de un kilo, por 65 pesos, unos 2,50 dólares.
"Para las fiebres recomendamos el propóleo, producido por las abejas, y el té de herbinas, con menta, toronjil, y poleo mentolado relajante; para curar la garganta es bueno el extracto de polen y miel", describe la despachante.
La pequeña empresa dedicada a los negocios botánicos ha encontrado la oportunidad para hacer promociones.
Ahora invitan a la población a cursos para recordar la medicina de sus ancestros, ante la pandemia del nuevo mal respiratorio, surgido en China, el SARS Cov-2, un misterio que la ciencia apenas comienza a descifrar.
