El estudio incluyó un experimento en ratones a los cuales en lugar de tratar de desactivar el gen denominado Myc, que facilita la propagación del cáncer, se lo ha hecho más hiperactivo y funcional tras lo cual se manifestaron efectos cancerosos en órganos como el hígado y los pulmones sin ver efectos dañinos en el corazón.
Como resultado del experimento, el Ccnt1 y el Myc juntos han provocado la regeneración de las células cardíacas en los roedores.
"Cuando estos dos genes se sobreexpresaron juntos en las células del músculo cardíaco de ratones adultos, vimos una replicación celular pronunciada, lo que condujo a un gran aumento en la cantidad de células del músculo cardíaco", explicó Catherine Wilson, autora principal del estudio.
A diferencia de otros órganos, cuando una persona adulta sufre problemas cardíacos, las células del corazón son dañadas y es imposible reemplazarlas. Esto provoca cicatrices, insuficiencia cardíaca y hasta la muerte.
Además, el estudio reveló que cuando el gen Myc está activo en el corazón, este no presenta actividad, lo que hace creer a los científicos que esta sería la razón por la que los casos de cáncer de corazón no son tan comunes.
Con los resultados de este descubrimiento, los científicos se han propuesto desarrollar una terapia genética para que en un futuro cercano se pueda crear un tratamiento para las enfermedades de corazón con la ayuda del gen Myc y Ciclina T1.