"Atender la salud mental no ha sido una prioridad, hay un enfoque en la prevención y tratamiento del virus, pero descuidar el aspecto psicológico pasará factura cuando acabe la pandemia", alertó a Sputnik Guzmán, especialista de la Clínica de Tratamiento Psicológico de San Salvador.
Depresión, ansiedad, miedos inminentes y paranoides, así como expresiones de psicosis, son algunos de los trastornos que ha generado tanto el temor al contagio, como el encierro obligatorio resultante de las medidas de aislamiento social, agregó.
En El Salvador, por ejemplo, los mensajes del presidente Nayib Bukele sobre la amenaza del coronavirus tienen un tono tildado de alarmista, pues en vez de propiciar un abordaje responsable del problema, genera zozobra y ansiedad.
"Pienso que ese enfoque va dirigido a un tipo de persona que no sigue instrucciones, que no toma la crisis con seriedad, pero sería bueno tener en cuenta sugerencias desde la psicología que ayuden a manejar mejor esta situación", comentó Guzmán.
Aun en el actual contexto, Guzmán se mantiene optimista y trata de transmitir confianza en una vuelta a la normalidad más temprano que tarde, aunque mientras dure la batalla contra el COVID-19, aconseja llevar la cuarentena con una actitud dinámica.
Además, alertó que sobresaturarse con información sobre el COVID-19, la cual no siempre tiene una solidez científica, puede generar estrés, estados de ansiedad, depresión y otras enfermedades inducidas, con una carga de negatividad que recomendó evitar.
La Organización Mundial de la Salud también ha recomendado minimizar el consumo de noticias sobre la situación, reduciéndolo a par de consultas diarias de fuentes confiables, en particular las que ayuden a tomar decisiones prácticas para permanecer a salvo.