"Frente al apocalíptico impacto mundial del coronavirus (…), la concertación con una visión realista de una estrategia público-privada de desarrollo a largo plazo entre Gobierno, empresarios y trabajadores es inexcusable", dijo en una declaración escrita Gary Rodríguez, gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El IBCE, entidad de asesoramiento al empresariado, planteó ya a fines de 2019 que la crisis que devino en la caída del Gobierno de Evo Morales (2006-2019) y la autoproclamación de la presidenta Jeanine Áñez debía ser aprovechada como un "punto de inflexión" para reorientar la economía, apuntó el experto.
El Fondo Monetario Internacional alertó que el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe (ALC) caerá este año más de 5,0%, pronosticando para Bolivia una caída de 2,9%, en tanto el Banco Mundial, más pesimista, previó que el país sufrirá un achicamiento económico de 3,4%.
"En todo caso, cualquiera sea el retroceso de Bolivia en este 2020, será una pésima noticia, pues la comparación será frente a un mal año: el INE acaba de informar que el país creció solo un 2,22% en 2019, la menor tasa desde 2001", remarcó Rodríguez.
"Si vamos a tener que utilizar reservas para enfrentar una situación tan álgida, vamos a tener que exportar más y sustituir importaciones para que esas reservas se mantengan y con ello no haya presión sobre el tipo de cambio", explicó el gerente del IBCE.
Añadió que "esto confirma que el comercio exterior es estratégico, vital, y debe merecer la mayor de las atenciones" en el pacto público-privado de reactivación económica que plantea el organismo empresarial.