Los jugadores y sus movimientos
Arduas y maratónicas. Así fueron las negociaciones para reducir en 10 millones de barriles diarios la producción del oro negro. Pero en su penúltimo peldaño encontró un palo en la rueda: México se negaba pertinaz a reducir el 23% requerido a todos y cada uno de los países integrantes del pacto.
Tras algunas conversaciones, el mandatario norteamericano Donald Trump salió al ruedo para anunciar que para compensar la cuota de México, su país recortaría la diferencia. Entonces soltó una frase con aire premonitorio y que puede llegar a asustar: "Vamos a completar la diferencia y ellos nos lo reintegrarán más adelante". No especificó ni cómo, ni con qué, ni cuándo, es que México compensará a EEUU.
Este compromiso de Washington en el pacto siembra muchas dudas: primero porque en teoría el Gobierno no puede obligar a ninguno de los productores de su país a hacer ningún recorte, pues su bandera es la del libre mercado. Tal vez la compensación venga por el lado de que mientras dure un precio del barril por debajo del precio base para la subsistencia del fracking, más de una empresa eche el cierre.
En este sentido, el presidente de la Consultora Ekai Center, Adrian Zelaia, observa que "la industria estadounidense del petróleo de esquisto, que está claramente basada en la burbuja especulativa financiera, corría el riesgo de haber sido el detonante que hubiese trasladado esta crisis directa derivada de la caída de producción por la epidemia del coronavirus, en una crisis global de estallido de la burbuja financiera occidental".
"He estado en contra de la OPEP toda mi vida. ¿Por qué? Porque es ilegal, lo puedes llamar cartel, monopolio. No me puede importar menos la OPEP". No obstante ahora lo necesita, porque en año electoral no puede permitirse la destrucción de empleo, ni en ese sector, ni en ningún otro.
Misión cumplida
Adrián Zelaia afirma que este acuerdo es importante geopolíticamente. "En una situación humana y económica tan complicada como la que se está planteando a la humanidad en el contexto de la epidemia del coronavirus, si en paralelo estallase una guerra por los precios y el mercado del petróleo, crearía un clima e incertidumbre geopolítica muy seria".