"Hoy por hoy no es posible levantar las medidas de confinamiento y pasar a la fase dos de desescalada", reconoció en una rueda de prensa el líder del Ejecutivo español tras anunciar una nueva prórroga de este escenario que mantiene a los ciudadanos en confinamiento desde el pasado 14 de marzo.
El presidente justificó esta decisión señalando que "los enormes progresos realizados" por parte de la población durante las últimas cinco semanas son "insuficientes" y "frágiles" para superar el coronavirus.
No obstante, Sánchez aclaró que la nueva etapa del estado de alarma, que si es aprobada por el Congreso será desde el 26 de abril al 9 de mayo, no será "igual que las anteriores".
Una de las medidas que se relajará será el confinamiento de los niños, que a partir del 27 de abril podrán salir a la calle bajo una serie criterios que el Gobierno definirá en las próximas semanas.
El resto de ciudadanos deberá mantener el confinamiento en el domicilio hasta el fin del estado de alarma, cuando se iniciará "la desescalada cautelosa y progresiva" de las medidas restrictivas que llevarán casi dos meses activas.
"Nos guiaremos por una serie de marcadores que nos van a advertir del nivel de propagación del virus y del vigor de nuestro sistema de salud para saber cuál es el grado de evolución de la pandemia en cada territorio", precisó Sánchez.
Será en función de estos parámetros que el Gobierno decidirá qué medidas se relajan y cuáles se vuelven a activar si las autoridades sanitarias detectan un riesgo para la salud pública.
Cuando el país supere la crisis del COVID-19 y retome el día a día habitual afrontará "los destrozos económicos y sociales de esta pandemia", añadió el presidente español, que pidió a los partidos políticos "generosidad" y "unir fuerzas" para trabajar en la futura tarea de reconstrucción económica y social.
"Nos vamos a recuperar, es lo que tengo más claro", concluyó el presidente de España, país que suma hasta la fecha más de 191.000 casos de COVID-19 y una cifra superior a 20.000 fallecidos con el virus.
