Se trata de un proyecto que incluye a varias razas de perros que cuentan con entrenamiento especial en la detección de enfermedades.
Los canes son entrenados para detectar el virus a través del olfato mediante muestras de tejidos usados por pacientes contagiados con COVID-19, de esta manera también se comprobaría si el coronavirus tiene un olor único lo cual permitiría facilitar la detección.
En una entrevista con el medio Daily Mirror, Logan explicó que en caso de que los canes puedan detectar a los contagiados de COVID-19 no se pretende reemplazar las pruebas que se usan actualmente. Al contrario, el objetivo del proyecto es crear más control como el que se emplea en la lucha contra las drogas.
En tal caso, los canes tendrían una capacidad de detección hasta de unas 750 personas por hora.
De momento, este proyecto conjunto entre la organización Medical Detection Dogs, la Escuela de higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM por sus siglas en inglés) y la Universidad de Durham continúan explorando el potencial de los perros ante la propagación del COVID-19 alrededor del mundo.