- Sputnik Mundo
Internacional
Todas las noticias mundiales en un mismo portal informativo. Sigue de cerca lo que pasa en diferentes regiones del planeta.

"Es como un maratón": una enfermera cuenta sus 40 días viviendo en un hotel de Madrid durante la pandemia

© AFP 2023 / Gabriel BouysUna médico en el Gran hotel Colón en Madrid, el primer hotel transformado en hospital durante el estado de alarma
Una médico en el Gran hotel Colón en Madrid, el primer hotel transformado en hospital durante el estado de alarma - Sputnik Mundo
Síguenos en
La emergencia sanitaria del coronavirus ha modificado el orden social. A la parálisis generalizada de actividad se le ha sumado la conversión de hoteles en hospitales o alojamiento para profesionales.

Cuando M. G. se vio de camino a Madrid con maleta, como si se fuera de vacaciones, pensó: "Esto es real". Aquel viaje no tenía como destino un resort de playa ni una ruta de machete abriendo selva. Era el mismo trayecto que hace a diario desde Toledo, una ciudad a unos 70 kilómetros al sur, hasta el Gregorio Marañón, en Madrid. La diferencia, en este caso, no era ni más ni menos que una pandemia mundial. El coronavirus había empezado a campar por España y el gobierno acababa de decretar Estado de Alarma, impidiendo las salidas del domicilio.

Sanitario camina por las calles de España - Sputnik Mundo
España
"Los recortes matan": la alerta que en España no se atendió
Ocurría el 14 de marzo pasado, hace más de 40 días. Las 23.521 muertes y los más de 209.000 contagios por el COVID-19 se reducían a centenares. Y M. G., enfermera de UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) de 42 años, preparaba una mudanza imprevista a uno de los hoteles que se habilitaban para profesionales sanitarios. En su caso, a pesar de residir con su marido y dos hijos relativamente cerca (a una hora en coche), necesitaba este servicio por la ausencia de transporte público o el cierre al tráfico entre la  provincia en que vive y Madrid. "Veía que me cerraban la carretera, y nosotros tenemos que seguir cumpliendo turnos", indica.

"Llevaba toda la semana anterior tardando el doble de tiempo y no sabía qué hacer. Me lo plantearon desde recursos humanos y me acomodaron en tres días", recuerda M. G., que prefiere mantenerse en el anonimato. Como empleada esencial en esta emergencia, el trabajo continuaba y ella se enfrentaba a dos problemas. El primero, el de ser capaz de llegar a su puesto en hora. El segundo, estar expuesta al virus y después contagiarlo en casa, a su familia. Así que le otorgaron una habitación en uno de los 35 hoteles que ha dispuesto la Comunidad de Madrid para pacientes y profesionales (13 y 22, respectivamente).

Cajera atendiendo a una clienta en un supermercado de Madrid - Sputnik Mundo
Solidarios en la terraza, insolidarios en la escalera
El suyo, al lado de la plaza de Ópera, en el centro de la ciudad. Comparte residencia con "unas 30 o 40 personas", según calcula, y suma 40 noches en un cuarto individual. "Es duro, muy duro", adelanta quien está viviendo las semanas de confinamiento como "un maratón". "Y eso que no estoy doblando, aunque se rumoreó al principio", explica. M. G. intercala turnos de ocho de la mañana a tres de la tarde con otros de noche. El relato de sus jornadas, no obstante, se resume en dos verbos: trabajar y dormir.

"Me echo unas siestas del copón", comenta M. G.. Al llegar al Room Mate Mario —hotel de diseño del empresario Kike Sarasola— come, se echa en la cama, habla con su familia, cena y duerme. "Las tecnologías nos están salvando", reconoce, aludiendo a la posibilidad de verse a través del móvil con los seres queridos y sentirse junto a ellos. En el edificio donde pasa todo este tsunami ha trabado amistad con el resto de inquilinos, pero "no es lo mismo" que estar "en tu cama". "El trato es cordial, pero no son tus amigos o familiares más cercanos", esgrime.

Según estima, la mitad de los alojados en el inmueble son de fuera de Madrid. Desconoce si ha habido casos de contagio o qué puesto tiene cada uno. Tampoco quiere narrar las escenas de las que ha sido testigo. "Sí que sé que en nuestro equipo de la UVI del Gregorio Marañón ha habido positivos", apunta lacónica quien espera a hacerse una prueba serológica que analice cómo están sus anticuerpos.  

Nunca se hizo M. G. a la idea de cuánto duraría este viaje. Ahora, mes y medio después, comienza a intuir el final. "Es una castaña: quieres volver, pero no puedes", resopla, "aunque parece que con lo de dejar salir a los niños y lo de hacer ejercicio el próximo día 2 de mayo se empieza a pasar". Lo nota en la situación de su centro. "La UVI tiene el espacio que tiene y sigue llena, pero sí que se ha ido relajando el resto de estancias", deja caer, precisando que no lo sabe a ciencia cierta, porque dentro del hospital cada zona es "un mundo".

Respirador artificial (Archivo) - Sputnik Mundo
Con una capa de plástico: un sistema de respiración para proteger a los sanitarios del coronavirus
A sus impresiones se le suman algunas certezas. En España, la tasa de recuperados contabilizados sobrepasa las 100.000 personas. Y en Madrid ya se han vaciado dos de estos hoteles reasignados como hospitales y hay otros dos que no reciben ningún paciente para una eventual vuelta a la normalidad, según la consejería de Sanidad, que cifra en 2.500 las personas atendidas por COVID.-19 y en 1.800 las curadas.

Unos servicios que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quiso reconocer con unas placas el pasado 25 de abril. "El objetivo es que todo el mundo sepa y recuerde que en esos establecimientos se salvaron vidas y se protegió a aquellos que las han estado salvando durante estos días tan difíciles", anotó, señalando la "solidaridad y entrega" de "todos los hosteleros, a los empresarios, a la colaboración público-privada que estos días están dando grandes muestras de altruismo y empuje y, precisamente, la recuperación de Madrid vendrá de su mano".

Eso espera también M. G., que cree que "ha habido bastante concienciación de la gente" para no propagar el virus.

"Hay de todo, pero lo de quedarse encerrados se ha cumplido y en la calle, quienes pueden o tienen que salir, van con mascarillas y guantes en un 98%", estipula.

También considera que ha sufrido un cambio de actitud. "Se valoran las cosas más pequeñas. A lo mejor ya no hace falta pensar en unas vacaciones lejísimos sino disfrutar de lo cercano", concluye quien hace más de un mes cogió una maleta con un destino poco exótico y ha experimentado su mayor aventura.

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала