Tal como estaba previsto, las audiencias del caso se reanudarán en los Países Bajos el próximo 8 de junio, indicó la corte.
"Sin embargo, a la luz del coronavirus y las medidas nacionales correspondientes, se aplicarán ajustes al próximo bloque de audiencias. Así, en las audiencias en el Complejo Judicial de Schiphol, podrá estar presente un número limitado de personas", agrega el texto.
Además de los jueces, secretarios y fiscales, asistirán a la vista un máximo de dos abogados de los familiares de las víctimas, dos representantes de la defensa de los acusados y un número limitado de periodistas; la galería pública anexa a la sala de audiencias se reservará para un número limitado de familiares; y la sala de prensa estará cerrada. Además, se impedirá el acceso al recinto de personas que presenten síntomas leves de resfriado o fiebre.
"Las circunstancias podrían requerir que las audiencias sean acortadas, aplazadas, suspendidas o incluso canceladas", señala.
Los días 9 y 10 de marzo tuvieron lugar vistas del caso MH17 en un recinto resguardado cerca del aeropuerto internacional de Schiphol, en las afueras de Ámsterdam.
La justicia holandesa responsabilizó por el derribo a Ígor Guirkin, el entonces ministro de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk; Serguéi Dubinski, exjefe de inteligencia de las milicias; su mano derecha Oleg Pulátov; y el excomandante de las fuerzas especiales de los rebeldes, el ucraniano Leonid Járchenko.
A todos se les juzgó en ausencia. Mientras a Pulátov le defendió un grupo internacional de dos abogados holandeses y un ruso, el resto de los acusados no estuvo representado en el tribunal.
El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines, que se dirigía de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue alcanzado por un misil cuando sobrevolaba la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, una zona convulsionada por los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y las milicias.
Todos los 298 ocupantes de la aeronave, en su mayoría neerlandeses, murieron. El Ejército ucraniano y las milicias de Donbás se acusaron mutuamente de la catástrofe.
El Ministerio de Defensa ruso desmintió esa información, al asegurar que todos los misiles en territorio ruso, incluyendo el propulsor, que mostró la comisión holandesa, fueron destruidos después de 2011.
La Cancillería de Rusia tachó de infundadas las acusaciones del JIT sobre la implicación de la parte rusa en la catástrofe del MH17 y dijo lamentar que la investigación se efectúe de un modo tan unilateral y preconcebido.