Sostiene, con emoción desbordante, que los relatos de dolor, pérdida y muerte de la Gran Guerra Patria (1941-1945) atravesaron su corazón, y los mantiene vivos a pesar de estar en el otro extremo del planeta.
Anahí, de padre uruguayo y madre rusa, relató a Sputnik la historia que cambió por completo a su familia, y en particular una anécdota que recuerda especialmente.
"Los primos de mi abuela fueron a la Guerra; uno de ellos sobrevivió, pero en el momento que estaba regresando a la Unión Soviética, cuando cruzó la línea, con el tren a todo lo que daba, vio los campos de Rusia y eso significó tanto para él, que se arrojó para abrazar el campo que tanto amaba. Al instante falleció", contó a Sputnik.
Hoy Anahí es vicepresidenta del Centro Cultural Máximo Gorki en Montevideo.
Es una fecha clave para Rusia y para muchos descendientes rusos en todo el planeta, que recuerdan a las 27 millones de personas que fallecieron para defender a su patria.
Anahí sostiene que, a pesar de que perdió a su abuela siendo muy niña, los recuerdos de ella siguen intactos, como si el paso del tiempo no pudiera hacer mella.
Dice que "Rusia sigue presente en su corazón" y asegura que eso mismo les pasa a todos los jóvenes descendientes en los distintos países del mundo.
Hazañas y sacrificios
En la misma sintonía, el consejero político de la embajada rusa en Uruguay, Víctor Popóvich, en diálogo con esta agencia, recordó las hazañas que tuvieron que enfrentar su padre y su tía mientras estuvieron en el Ejército Rojo.
Dijo que el esfuerzo de la entonces Unión Soviética por la libertad fue "muy grande y cada uno de los ciudadanos lo pagó".
"Mi papá en 1941 tenía unos 20 años y estaba en el Ejército Rojo, en la infantería. Gracias a Dios no murió, lo mandaron al hospital cuando fue herido. También mi tío participó de las batallas, engañó a los militares, diciendo que tenía más 17 años porque era menor de edad. Igual que mi papá recibió medallas de combate. A pesar de las dificultades que pasó, sobrevivió a la Guerra", relató.
"Cada año se conmemora como una gran fiesta, pero siempre es una celebración con lágrimas en los ojos. Porque hoy vivimos en un mundo de paz y tranquilidad gracias a todos nuestros seres queridos que batallaron por las nuevas generaciones", afirmó.
Recordó que el pueblo soviético se levantó con "pocas armas" pero "con mucho ímpetu" para "defender o morir en el intento a su patria".
"Muchísimas vidas (fueron) dadas en la Guerra. Muchas familias destrozadas. Las ciudades y campos en cenizas. Sufrimiento indescriptible. Si por cada uno de los 27 millones de los caídos y fallecidos en la Segunda Guerra Mundial hiciéramos un minuto de silencio, el mundo pasaría en silencio durante más de 50 años", reflexionó.
Debido al coronavirus, una de las celebraciones más importantes del Día de la Victoria, como es la marcha del Regimiento Inmortal, no se realizará en varios países.
Para los rusos y gran parte de los habitantes de la antigua Unión Soviética, aquella contienda, que comenzó el 22 de junio de 1941 con la invasión alemana y terminó en mayo de 1945 con la capitulación de la Alemania nazi, se conoce como la Gran Guerra Patria.
La rendición incondicional de Alemania fue sellada el 8 de mayo de 1945 (en Moscú el 9 de mayo), lo que significó el punto final de la Segunda Guerra Mundial en el continente europeo.
