"Se llegó a un acuerdo sobre la regularización de los migrantes que trabajan ilegalmente en los campos y como niñeras o criados", informó el rotativo.
El acuerdo prevé que los migrantes irregulares a los que el empleador garantice un contrato de trabajo podrán obtener un permiso de residencia para la duración del contrato, mientras otros tendrán el permiso de buscar trabajo de seis meses.
La regularización fue propuesta por la ministra de Agricultura, Teresa Bellanova, y apoyada por el Partido Democrático (PD) y el papa Francisco.
Al mismo tiempo, el proyecto no sólo fue criticado por la oposición de derecha que lo clasificó de "criminógeno", sino también causó polémica en la coalición gobernante, compuesta por el PD, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el partido Italia Viva.
El jefe político de M5S, Vito Crimi, se declaró contrario a la regularización: "Si nuestro objetivo consiste en apoyar la agricultura, entonces tenemos que elaborar medidas para asegurar el mercado, pero la solución no es la regularización".
Al final, la coalición gobernante logró llegar a un compromiso que permite la legalización de uno 500.000 migrantes irregulares.