El objetivo de los defensores de la dieta del ayuno intermitente es reducir los niveles de insulina en el cuerpo para facilitar la quema de grasas. Argumentan que el ser humano primitivo hacía largos períodos de ayuno, ya que no encontraba alimentos fácilmente. Por lo tanto, esto sería algo "natural" a lo que nuestro cuerpo ya está acostumbrado.
La más elegida es la dieta de ayuno 16:8, que puede realizarse en distintos horarios. Muchos eligen comer entre las 12 del mediodía y las 8 de la noche, otros optan por hacerlo entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde.
"Los que la defienden sostienen que durante todo ese período de tiempo en el que estamos en ayunas se produce un proceso que se llama autofagia. Como lo dice la palabra, es como que 'nos comemos a nosotros mismos'. De esta forma se depuraría al organismo de algunas sustancias perjudiciales", añadió Tasat.
¿Es saludable?
Extender este ayuno más allá de lo normal puede perjudicar el funcionamiento de algunos órganos vitales como el cerebro, el hígado, los riñones y el corazón. También puede afectar en mayor medida a personas con ciertas patologías como la gastritis —que genera ácido en el estómago si no hay alimentos para digerir— y la diabetes.
"Con esta alimentación no recibimos la cantidad de glucosa necesaria para pensar, para que nuestro cerebro haga sinapsis. Yo no la recomiendo, creo que es una más de las dietas de moda. Una dieta saludable implica una distribución adecuada de nutrientes a lo largo del día", concluyó la especialista.
