Un estudio realizado por investigadores de Australia, Bolivia, Canadá y Suiza, publicado en la revista Respiratory Physiology & Neurobiology, demostró una menor incidencia del nuevo coronavirus en ciudades altas, como La Paz y Quito, en comparación con zonas más bajas de Bolivia y Ecuador. También la región del Tíbet en China —la más alta del planeta— registró cifras más bajas que el resto del país.
En las regiones altas la radiación ultravioleta proveniente del Sol es extrema, lo que permite que el virus viva menos tiempo en las superficies y en el aire. Por lo tanto, su propagación es más baja. Pero esta no sería la única razón, ya que también influyen el ambiente seco y la baja presión atmosférica.
"La densidad del aire en los lugares altos es menor porque la presión atmosférica dispersa más las moléculas en la superficie de la Tierra, y no están tan acumuladas como en lugares más bajos. Por esto mismo el virus podría tener partículas mucho más distanciadas una de la otra lo que disminuye el riesgo de contagio", indicó la médica e investigadora del IPPA Natalia Zubieta.
"Tanto estudios pulmonares en humanos como experimentales en animales que fueron sometidos a valores de hipoxia, es decir, de disminución de la presión de oxígeno, evidenciaron un cambio en sus receptores ACE2 que funcionan como la puerta de entrada de los virus. En los lugares más altos las personas tendrían menos de estos receptores y por lo tanto menos puertas para que entre el SARS-CoV-2", concluyó Zubieta.