Estados Unidos prevé notificar este 22 de mayo a los países miembros del Tratado de Cielos Abiertos de su salida de este acuerdo con el argumento de supuestos incumplimientos por parte de Rusia. Un pretexto que ya usó en otras ocasiones para romper pactos internacionales.

La retirada de Washington se completaría dentro de seis meses, aunque el presidente estadounidense, Donald Trump, no descartó que cambiaría su decisión si Moscú comienza a cumplir el pacto. Rusia rechazó con firmeza las acusaciones de Estados Unidos.
El experto explicó que Rusia realiza la mayor parte de sus vuelos de inspección en Europa.
"Desde la entrada en vigor del tratado, Rusia efectuó sobre el territorio de Estados Unidos solo 77 de los 568 vuelos de vigilancia, el resto se realizó en Europa. Mantenemos la posibilidad de sobrevolar Europa, donde tenemos muchas cosas interesantes que vigilar, incluidas las instalaciones estadounidenses y sus maniobras conjuntas", puntualizó.
Ermakov insistió en que el desmoronamiento del tratado no favorece a Rusia ni a Europa.
El analista recordó que durante el agravamiento de la situación en la frontera entre Siria y Turquía, Rusia ejerció su derecho y efectuó un vuelo de inspección urgente sobre el territorio turco.
Si Rusia, dijo, se retira simétricamente del tratado no obtendrá ningún beneficio.
Más temprano el viceministro ruso de Exteriores Alexandr Grushkó renovó el compromiso de su país con el Tratado de Cielos Abiertos mientras se mantenga en vigor y confió en que los demás Estados partes hagan lo mismo.
El Tratado de Cielos Abiertos firmado en 1992 se convirtió en una de las medidas para reforzar la confianza en Europa tras la guerra fría.
Vigente desde 2002, el acuerdo establece un programa de vuelos de vigilancia aérea desarmados en todo el territorio de los 34 países miembros del tratado, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Canadá y casi toda la Unión Europea.