Estados Unidos desde hace tiempo llama a la India a renunciar a la compra de los modernos sistemas de defensa antiaérea rusos S-400 Triumf y, en su lugar, adquirir los sistemas estadounidenses. En caso contrario, Washington puede introducir medidas económicas contra el país asiático, declaró la subsecretaria adjunta principal del Departamento de Estado para los Asuntos de Asia Central y Asia del Sur, Alice Wells.
No es el primer intento de Estados Unidos de tratar de persuadir a un país de no adquirir los sistemas S-400. Washington exigió que Turquía —miembro de la OTAN— renunciara a la compra de los Triumf y comprara los sistemas Patriot estadounidenses, y amenazó con demorar o cancelar la venta a Turquía de los cazas F-35.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, no cayó en la trampa del chantaje estadounidense y declaró que Estados Unidos debe suministrar los cazas F-35 a Turquía y si no, debe devolverle el dinero. Este es el ejemplo de firmeza política que Nueva Delhi debería seguir. Es decir, bajo ningún pretexto la parte india debe sacrificar sus intereses de defensa nacional.
La India apuesta por su propia seguridad
Estados Unidos, al mismo tiempo, ha advertido en reiteradas ocasiones que en caso de que la India siga adelante con el negocio, el país norteamericano puede recurrir a la Ley estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de sanciones (Caatsa, por sus siglas en inglés) que, entre otras cosas, estuvo encaminado a impedir las ventas de armas rusas a países extranjeros. De este modo, Washington sería capaz de imponer medidas económicas contra la India.
Todos lo entienden perfectamente, incluso EEUU, pero este último sigue ofreciendo un arma que en su esencia ya es una solución militar anticuada. La primera serie de los MIM-104 Patriot entró en servicio en 1981 y a partir de entonces fue modificado en varias ocasiones, pero de todas formas la base permaneció igual.
En comparación, el Triumf es una solución mucho más moderna y entró en servicio en 2007. Por eso es evidente que Nueva Delhi decidiera optar por el sistema ruso: el S-400 es más reciente, más efectivo, más asequible —a juzgar por la relación calidad-precio— y es la mejor opción de su tipo actualmente disponible en el mercado global de armas.
La oferta estadounidense no es nada seductora
Sin embargo, todo esto no quiere decir que Estado Unidos no tenga a su disposición ningún misil superficie-aire efectivo. El Pentágono sigue invirtiendo dinero en el desarrollo de armas modernas y una de estas armas que pertenece a dicha clase es el SM-3 que entró en servicio en 2014.
En otras palabras, cuando la representante del Departamento de Estado norteamericano dice que EEUU ofrece las mejores "tecnologías y plataformas" simplemente no dice la verdad, al menos no es así en el caso de la India. Los países como la India, Turquía y otros ven que en el mercado hay un arma que es capaz de satisfacer sus necesidades de defensa nacional. Sin duda alguna, es el S-400 Triumf ruso.
El tema de la posible incompatibilidad entre los sistemas de defensa antiaérea rusos y las armas estadounidenses no son nada más que excusas que Washington emplea para persuadir a sus posibles clientes de comprar solo armas de producción estadounidense.
Este es el juego sucio al que EEUU recurre para dominar el mercado global de armamento. Y el chantaje norteamericano funcionaba hasta hace poco, pero el ejemplo de Turquía ha demostrado que ya no. A ver qué responde la India.