Hoy los trabajadores se enfrentan no sólo a la obligación de respetar las rígidas normas sanitarias, sino también a la incertidumbre y el miedo al futuro.
El espectro del desempleo
Paradójicamente, el Instituto Nacional de Estadística (Istat) constató que en marzo, cuando empezó la cuarentena, el desempleo se redujo en el 0,9% respecto al mes anterior. La paradoja se explica si se toma en cuenta que el Istat distingue entre los "desocupados", que buscan el trabajo de forma activa, y los "inactivos", que ni tienen empleo, ni lo buscan y cuyo número creció en 2,3% en el mismo periodo.
Una decisión del todo correcta, opina la abogada milanesa Nicoletta Lazzarini, de la asociación Legalilavoro entrevistada por Sputnik.
Sin embargo, "si el empleador quiere despedir a los trabajadores, hará de todo para lograrlo, recurriendo a menudo a modalidades ilegales", por ejemplo, "a despidos por motivos subjetivos o incluso a despidos orales", explica Lazzarini.
Al mismo tiempo, en una entrevista a Sputnik, Nicola Ricci, secretario general de la sección de Campania de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL Campania, por sus siglas en italiano), afirmó que es poco plausible que después del 17 de agosto se produzcan despidos masivos.
Medidas para tutelar a los trabajadores
Para mitigar el impacto de la pandemia sobre el mundo del trabajo, el Ejecutivo italiano tomó toda una serie de medidas. En primer lugar, el contagio con el COVID-19 en el puesto de trabajo fue reconocido como accidente laboral. Según explica a Sputnik Maria Candida Imburgia, la directora general del Instituto de Tutela y Asistencia a los Trabajadores (ITAL, por sus siglas en italiano), esta tutela corresponde, inicialmente a los "operadores sanitarios, pero podemos considerar que todas las categorías de trabajadores que deben estar en constante contacto con el público corren un alto riesgo de contagio".
La medida que causó más polémica en el país fue la legalización de los trabajadores irregulares, migrantes en su mayoría. A pesar de la resistencia de la oposición de derecha y de las discusiones encarnizadas entre los partidos de la coalición gobernante, el Parlamento votó a favor de la regularización de unos 500.000 trabajadores que se encuentran en una situación precaria y a menudo no pueden beneficiarse de la tutela legal.
Teletrabajo, ventajas e incertidumbres
Uno de los cambios más significativos que se produjeron durante la cuarentena fue el aumento exponencial del teletrabajo, al que pasaron dos millones de italianos. "En el futuro entre 6 y 8 millones de los empleados del sector privado podrían elegir esta modalidad", presagia la abogada Aurora Notarianni, de la sede de Messina de la asociación Legalilavoro en una entrevista a Sputnik.
"Según las estimaciones de (la sociedad de consultoría) Nomisma, el 33% de los trabajadores no tiene tabletas, por lo cual durante la cuarentena tuvieron que utilizar los dispositivos de sus hijos", explica Notarianni.
Además, a nivel nacional y europeo es imprescindible elaborar y aplicar normas legales que protejan a los que trabajan de casa, como, por ejemplo, el derecho a la desconexión.
Nicola Ricci de la CGIL Campania dice a Sputnik que "habrá que introducir en los contratos colectivos nuevas reglas y normas que protejan al trabajador". De lo contrario, "los trabajadores se convertirán en esclavos y trabajarán sin ningún orden ni límites de tiempo", advierte Aurora Notarianni, precisando que lo ideal sería "aprobar un nuevo acuerdo marco europeo que reglamente esta modalidad laboral".
Aún más dura es la situación en el turismo, un sector que genera el 13% del PIB del país y que en los años anteriores creaba 1,3 millones de puestos de trabajo temporales. Según algunas estimaciones, en 2020 el impacto económico de la pandemia sobre el sector turístico equivaldría a 66.000 millones de euros y haría desaparecer centenares de miles de puestos de trabajo.
El Gobierno italiano se esfuerza en paliar las consecuencias de la pandemia sobre el mercado laboral, pero la batalla está lejos de ser ganada. Ahora que el coronavirus parece estar retrocediendo, la recuperación económica y la tutela de los trabajadores de todas las categorías se convierte en la prioridad absoluta para las autoridades que deberán llevar a cabo una política activa de apoyo a la economía nacional para evitar una catástrofe social.