El lento proceso de desconfinamiento emprendido por varios países pone a múltiples sectores de las economías en la fila para lograr que los gobiernos los habiliten a retomar la actividad. Y en un contexto en la que una gran variedad de reclamos se acumulan simultáneamente, la originalidad parece volverse clave a la hora de lograr la atención de la población y las autoridades.
Parece haber sido la premisa que tuvieron los propietarios de salones de fiestas de Uruguay, que el lunes 25 de mayo se movilizaron de una forma inédita: desatando una verdadera fiesta frente a la Torre Ejecutiva, la sede del Gobierno uruguayo en pleno centro de Montevideo.
"Fuerte esas palmas para el que quiera volver a trabajar", lanzó el animador, que hizo las veces de vocero de la manifestación y recordó la adhesión a la medida de "mozos, animadores, fotógrafos, decoradores y dueños de salones". Salón Prisma, uno de los salones que organizó y transmitió por redes sociales la movilización, apuntó que, si no pueden abrir, los salones reclaman que "no nos cobren como si estuviéramos trabajando porque no tenemos ingresos".
En un comunicado difundido antes de la concentración, los propietarios de salones de fiestas reclamaron una reunión con el presidente de la República Luis Lacalle Pou y con el intendente de Montevideo Christian Di Candia para poder acordar aspectos "pertinentes para ayudar a reactivar el sector cuanto antes".
La particular movilización se hizo viral entre usuarios uruguayos de redes sociales. La trascendencia que tomó la medida dio sus frutos y el propio Salón Prisma acabó anunciando a través de Facebook que los propietarios de salones serían recibidos por el Gobierno uruguayo.