Alrededor de 16 toneladas de meteoritos caen cada año a la Tierra, aunque en general arriban en pequeños fragmentos de poco más de 50 gramos. Por su parte, algunos asteroides, cuerpos rocosos que orbitan al Sol, tienen volúmenes significativamente más grandes, y si bien se encuentran en el Cinturón de Asteroides entre Marte y Júpiter, los hay más cercanos a la Tierra, por lo que la posibilidad de que uno nos choque es real y preocupante.
Afortunadamente, observaciones más recientes descartaron esta posibilidad, según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Pero esa no fue la primera vez que una alerta se disparó en los observatorios espaciales, lo que ha demostrado la necesidad de elaborar planes de acción para enfrentar, en un caso hipotético, objetos espaciales amenazantes.
Ahora, los investigadores del MIT crearon un modelo de respuesta que tiene en cuenta la masa del asteroide identificado, su velocidad y el tiempo que le lleva a los científicos advertir su presencia para determinar cómo destruirlo o desviarlo de nuestro planeta. A través de simulaciones virtuales, los investigadores de MIT aplicaron su técnica a Apophis y a otro asteroide cercano a la Tierra llamado Bennu. Pero, ¿cómo funciona?
La ciencia del billar
En esta clase de escenarios, actualmente, la comunidad científica "suele considerar principalmente estrategias de desviación de última hora", en lugar de interceptar el cuerpo con más anticipación. Así lo explica en un comunicado del MIT Sung Wook Paek, investigador de Aeronáutica y Astronáutica a cargo del estudio.
La segunda opción era enviar un "impactador cinético", como una nave espacial, un cohete u otro proyectil que, apuntado en la dirección correcta y con la velocidad adecuada, golpearía el cuerpo celeste y lo desviaría de nuestro rumbo. "El principio básico de la física es como un juego de billar", puntualizó Paek.
Es donde entra el proyecto del MIT. Los científicos desarrollaron un código de simulación para identificar qué clase de misión de desviación de asteroides tendría la mayor posibilidad de éxito según los datos que se tenga del asteroide en cuestión.
Para esto, toman en cuenta el REXIS, un aparato diseñado y construido por estudiantes del MIT que puede enviarse al asteroide para reconocer sus propiedades con el fin de tener los elementos necesarios para construir de la manera más precisa, posteriormente, un impactador cinético que desvíe y destruya el asteroide.