"Pedimos al Gobierno de China que trabaje con el Gobierno de la región administrativa especial de Hong Kong y con el pueblo de Hong Kong para encontrar un acuerdo mutuamente aceptable que respete las obligaciones internacionales de China bajo la Declaración sino-británica auspiciada por la ONU", exponen los firmantes.
"Recortará las libertades de la población de Hong Kong y, al hacerlo, menoscabará dramáticamente la autonomía de Hong Kong y el sistema que le ha permitido prosperar", denuncian.
El escrito lo suscriben el canciller británico, Dominic Raab, y sus homólogos: Marise Payne, por Australia, el canadiense François-Philippe Champagne y el estadounidense Michael Pompeo.
El cuarteto expresa su "inquietud" por la acción de Pekín que, según sostienen, "exacerbará las divisiones profundas que existen en la sociedad" de la excolonia.
"Esta ley no hace nada para favorecer el entendimiento mutuo y fomentar la reconciliación en Hong Kong", protestan.
Los responsables diplomáticos reprochan además a China por mover posiciones en plena pandemia del coronavirus, cuando se requiere "cooperación internacional" y potenciar la confianza en las autoridades gubernamentales.