Hace días circuló la noticia de que la NASA había encontrado pruebas de un universo paralelo en la Antártida, información que luego fue desmentida. En realidad se trató de una mala interpretación de un artículo publicado en la revista científica New Scientist por Peter Gorham, un profesor de física de la Universidad de Hawai en Estados Unidos.
Cuando las partículas energéticas provenientes del espacio atraviesan la Tierra y llegan al hielo de la Antártida se desintegran y generan "una lluvia de subpartículas" que emiten radiación electromagnética. Desde el 2006 Anita se encarga de captar esta radiación y, solo en dos oportunidades, detectó unos neutrinos que no pueden ser explicados por la física tradicional.
"Es altamente probable que estos dos eventos raros que se detectaron sean errores experimentales. Si uno lograra sacarse de encima todas esas explicaciones normales, entonces se podría pensar que se trata de partículas nuevas que aún no conocemos", añadió Bengochea, investigador del CONICET en Argentina y que trabaja en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE).
¿Restos de un universo anterior?
"Ellos dicen que antes de la explosión del Big Bang existió otro universo, anterior al nuestro. Dentro de este modelo, tendrían que haber existido unas partículas muy parecidas a las que vemos en nuestra vida cotidiana pero con algunas propiedades distintas. Por ejemplo, necesitan que exista un neutrino distinto al que vemos en los laboratorios", indicó Bengochea.
Este tipo de neutrino tendría las mismas propiedades que podrían explicar las anomalías de las mediciones realizadas con Anita en la Antártida. En conclusión, aunque la probabilidad es baja, las partículas detectadas en este continente podrían ser un residuo de un universo pasado.