Las tecnologías de 'imagen a imagen' no son algo particularmente novedoso, ya existen métodos para convertir bocetos en retratos. El problema de los softwares existentes actualmente es que tienden a ajustarse exageradamente a las líneas dibujadas. De este modo, logran resultados realistas solamente si la persona que dibuja es profesional o tiene habilidades artísticas avanzadas.
En lugar de leer el boceto inicial como una determinación fija y sencillamente reconstruir la textura y los detalles faltantes, el programa chino se destaca de sus predecesores pues logra reinterpretar lo datos iniciales ofrecidos. El DeepFaceDrawing entiende que existe una diferencia entre un boceto y un retrato y, a partir de ahí, crea la imagen final que más se acerca al dibujo original. Al tratar el boceto como una guía y no una restricción, el programa logra reproducir imágenes faciales con mayor plausibilidad, incluso si las líneas ofrecidas son sencillas o incompletas.
Las imágenes finales son de alta calidad y tienen una resolución de 512 x 512 píxeles. De acuerdo con los desarrolladores, la herramienta es fácil de usar y puede ser manejada incluso por personas que no son artistas.