La economía mundial se ha visto fuertemente afectada por la pandemia de COVID-19, y las expectativas para América Latina no han sido alentadoras según las estimaciones que han dado los organismos internacionales.
La producción de yerba mate no solo sobrevive, sino que parece haberse visto beneficiada durante la pandemia. En Argentina —uno de los principales países productores y consumidores de yerba— se registró en abril una alza de consumo que supera el de los últimos 10 años en el mismo mes.
Además, las exportaciones de yerba en marzo y abril —cuando el virus se hizo presente en la región— se incrementaron en dos y tres millones de kilogramos respectivamente, en comparación con años anteriores. En el primer cuatrimestre de 2020 se exportaron más de 11 millones de kilogramos, cifra que supera ampliamente la de los últimos cinco años en el mismo periodo. El INYM exporta unos 40 millones de kilogramos de yerba al año a 41 países.
Argentina es el principal exportador de yerba, seguido por Brasil con unos 36 millones de kilogramos, según indica la organización Yerba Mate Argentina. Además de estos países, también se consume la bebida en Paraguay —generalmente fría y bajo el nombre de tereré— y en Uruguay, con el mayor consumo per cápita registrado, de unos 10 kilogramos anuales.