"Dos años después, la acusación se acordó de los materiales presentados por Rusia [que] demuestran el origen ucraniano del cohete, que, según el propio equipo de investigación, atacó el vuelo MH17. No obstante, los fiscales afirman —y lo hacen sin fundamento— que los datos rusos 'fueron sometidos a manipulación y ajustes'", dijo Zajárova al subrayar que estas declaraciones son "una nueva mentira".
Destacó que a los expertos les ofrecieron visitar Rusia y asegurarse de la autenticidad de los documentos, pero los investigadores rechazaron la invitación.
"Esta conclusión se hizo basándose en la similitud distante del perfil doble T, la llamada 'mariposa', —solo dos de los 370 fragmentos encontrados— aunque los materiales de la investigación técnica holandesa dicen claramente que en ojivas tales fragmentos representan un cuarto de todos, es decir, deberían ser unos 100", explicó la portavoz de la Cancillería rusa al comentar los resultados de las audiencias del 8 al 10 de junio donde la acusación pública presentó los resultados detallados de la investigación.
Enfatizó también que en el avión no se detectó ni un solo agujero en forma del perfil doble T, y los fragmentos también se encontraron "en circunstancias dudosas".
Zajárova señaló que Rusia no es parte del proceso penal del Tribunal del Distrito de La Haya, pero sigue la situación porque entre los juzgados hay tres ciudadanos de Rusia.
"Se presentaron los cargos contra tres ciudadanos de Rusia, Ígor Guirkin, Serguéi Dubinski y Oleg Pulátov, por eso seguimos el progreso desde el punto de vista de sus derechos legítimos", afirmó la portavoz de la Cancillería rusa.
Zajárova responsabilizó a Kiev de mantener abierto el espacio aéreo sobre la zona de acciones militares en Donbás y recordó que muchos datos que se utilizaron como pruebas en el caso MH17 fueron presentados a la justicia directamente por las autoridades ucranianas, que es una parte interesada.
Berger dijo durante la audiencia que el Equipo de Investigación Conjunta (JIT, por sus siglas en inglés) investigaba el potencial derribo del avión por el sistema antiaéreo ucraniano Buk, pero no encontró pruebas.
En su informe la Fiscalía holandesa citó, en particular, los datos del Ministerio de Defensa de Ucrania sobre la ubicación de sus sistemas Buk el 17 de julio de 2014, día de la tragedia.
El fiscal también señaló que Ucrania no proporcionó los datos primarios de los radares porque, según Kiev, no funcionaron aquel día.
Por su parte, el fiscal general adjunto de Rusia, Nikolái Vinnichenko, informó a Sputnik que Moscú entregó a los Países Bajos tanto los datos de los radares rusos, como una documentación de la que se desprende que el misil Buk que alcanzó el Boeing pertenecía a Ucrania y fue disparado desde territorio que controla Kiev, pero los investigadores ignoraron esta información, aunque confirmaron que la recibieron.
Por su parte, el Equipo de Investigación Conjunto (JIT, por sus siglas en inglés), formado por expertos de los Países Bajos, Malasia, Australia, Bélgica y Ucrania, afirma que el misil fue disparado desde un campo cerca de la localidad de Pervomáiskoe, bajo el control de las milicias.
La justicia holandesa responsabiliza por el derribo del avión a cuatro personas. Se trata de los rusos Ígor Guirkin, Serguéi Dubinski y Oleg Pulátov, y el ucraniano Leonid Járchenko. Pulátov es el único que no está juzgado en ausencia, sus intereses los representa un grupo internacional compuesto por dos abogados holandeses y uno ruso. Los demás están juzgados en rebeldía.
Además, recordó que Rusia había propuesto desde un principio llevar a cabo una investigación conjunta, pero su iniciativa fue rechazada, mientras se aceptó la participación de Ucrania, que no había cerrado el espacio aéreo sobre la zona de hostilidades en contra de lo que prescribe la norma internacional.