Las delegaciones de Irak y de Estados Unidos mantuvieron un diálogo estratégico por videoconferencia en cuyo transcurso abordaron los desafíos que entraña la seguridad y las cuestiones políticas, económicas y culturales, revela el comunicado oficial publicado por el Departamento de Estado de EEUU.
Teniendo en cuenta el progreso que Washington y Bagdad han alcanzado en la lucha contra la amenaza del Estado Islámico, las partes acordaron que en los meses venideros EEUU continuará replegando a sus fuerzas de Irak y abordará con el Gobierno iraquí el estatus que tendrá el resto de las fuerzas que se quedarán en el territorio del país oriental.
La delegación estadounidense reiteró que "no busca ni solicita establecer bases permanentes en Irak", tal y como ya lo determina el Acuerdo Marco Estratégico para Relación de Amistad y Cooperación firmado con Bagdad en 2008. Este documento preveía establecer una cooperación en el ámbito de la seguridad que se plasmaría sobre la base de un acuerdo mutuo.
A su vez, las delegación iraquí se comprometió a proteger al personal militar de la Coalición Internacional liderada por EEUU y las instalaciones iraquíes que lo acogen, en concordancia con el derecho internacional y los arreglos específicos que serán aprobados por los dos países.
Además, los diplomáticos estadounidenses abordaron la agenda política y manifestaron su apoyo al nuevo Gobierno iraquí. Se trata de un intento por implementar un programa de reformas gubernamentales de forma que refleje las principales aspiraciones del pueblo iraquí, que busca restaurar la estabilidad, reconstruir el país y organizar elecciones libres, justas y creíbles.
En lo referente a la cooperación en los ámbitos económico y energético, los representantes de ambos países reconocieron que existen enormes retos a los que Irak se enfrenta por la expansión de la pandemia de coronavirus y el desplome de los precios del petróleo.
Los diplomáticos de EEUU discutieron la posibilidad de que sus asesores económicos trabajen directamente con el Gobierno de iraquí para ayudarle a avanzar con las nuevas reformas. Asimismo, abordaron la posibilidad de brindarle a Bagdad apoyo internacional, incluido el de las instituciones financieras, para que pueda impulsar los cambios económicos fundamentales dentro del país.
"Los dos gobiernos discutieron el potencial de aquellos proyectos de inversión que involucren a empresas estadounidenses de perfil global en el sector energético, entre otros, siempre y cuando las condiciones comerciales sean favorables", resume el comunicado.