El hecho de enviar un email con un simple toque en el teclado no es algo fortuito. Es el resultado de años de investigación, potenciados por el deseo del ser humano de conseguir que el mundo sea un lugar cada vez más conectado.
En 1852, Francia y Gran Bretaña tendieron en el fondo del Canal de la Mancha la primera red de telecomunicaciones para unir ambos países mediante el telégrafo. Dos años más tarde, la Atlantic Telegraph Company conectó Irlanda y la isla canadiense de Terranova mediante una instalación submarina. A partir de ahí, los océanos fueron atravesados por centenares de cables, más tarde miles, para fomentar la telegrafía, después la telefonía y, ahora, Internet.
Sistemas que pertenecen principalmente a las grandes empresas de telecomunicaciones. Corporaciones como Google, Microsoft o Facebook expanden sus redes por todo el mundo a través de las cuales circulan los datos. Por ejemplo, la empresa de Mark Zuckerberg anunció su unión a un grupo de compañías tecnológicas, como Vodafone, Orange o China Mobile, con las que construiría una red alrededor de África para perfeccionar la conectividad en el continente. Y es que los cables submarinos son las principales 'autopistas' de Internet.
"El 99% de las comunicaciones transoceánicas se realizan por ahí, consiguiendo una velocidad hasta ocho veces superior a la que se espera con la red de satélites", reconocen expertos del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones a Mapfre.
Cables submarinos en España
Kilómetros y kilómetros de cables yacen en el fondo marino para que se pueda actualizar una página web o subir una foto a Instagram. Vías que salen desde todas las costas del mundo, incluida la española. País desde el que salen varias de estas conexiones, algunas de dimensiones considerables.
Más allá de las aguas del Mar Cantábrico, España conexiona con otras partes del mundo a través del Mediterráneo. Líneas como ALPAL-2 u ORVAL enlazan Argelia con Baleares y Valencia, respectivamente. Desde el puerto andaluz de Estepona salen los cables submarinos de Global Cloud XChange, pertenecientes al proyecto FLAG Europe-Asia, una gigantesca red de 28.000 kilómetros que une el país con Reino Unido, Italia o Egipto, hasta llegar a India, China y Japón. También en Estepona nace la línea de 113 kilómetros que atraviesa el Estrecho de Gibraltar hasta Tetuán, financiada por Telxius y Maroc Telecom.
🔗Catalonia will be one of the land-sea connection points for 2AFRICA The 37,000km-long subsea cable will interconnect Europe, the Middle East, Asia and Africa👉https://t.co/FzWiDAr7TI pic.twitter.com/PUG0X7vNmD
— Tic Catalunya (@tic) June 15, 2020
No obstante, más allá de las líneas internacionales, también existen conexiones internas como es el caso del PENBAL-5 de Telefónica entre Cataluña y las Islas Baleares. El cable recorre el Mediterráneo hasta llegar a Mallorca, isla desde donde también sale la línea Balalink de la empresa de telecomunicaciones independiente IslaLink hacia Valencia e Ibiza. Mientras, Canarias se enlaza con la Península Ibérica a través de los 1.400 kilómetros Pencan-8, respaldado por Telefónica.
Un 'mapa de carreteras subacuáticas' que permite mandar o recibir un correo electrónico no sea un proceso de años ni tampoco arte de magia.
Mapa de España de cables submarino de internet. El cable gggordooo pic.twitter.com/5ul80PlKrm
— alvaroggallardo (@alvareto5) February 27, 2019