Los líderes regionales, sobre todo del centro-occidente y el norte industrializado, que gobierna más de la mitad de los 32 estados de México, no solo discrepan con las medidas aplicadas por el Ejecutivo para encarar la pandemia del nuevo coronavirus, sino que han impulsado sus propios planes, en abierta rebeldía con el mandatario.
Pero el Gobierno federal ha tratado de mantenerlos aglutinados y coordinados en la Conferencia Nacional de Gobernadores, la poderosa Conago.
Las críticas partieron de un grupo de cinco gobernadores, encabezados por el de Jalisco, Enrique Alfaro, y el ex-aspirante presidencial independiente, Jaime Rodríguez (Nuevo León), que dirigen dos de los estados con mayor industrialización y más poblados de México.
A ellos se sumaron en las críticas los mandatarios de Coahuila, Colima y Michoacán, y más recientemente los nueve gobernadores del opositor Partido Acción Nacional (PAN, centro-derecha), que el fin de semana publicaron un "memorial de agravios" contra el gobierno federal.
En estos comicios se elegirán más de 3.200 cargos, incluyendo los 500 miembros de la Cámara de Diputados Federal, y 13 gobernados.
"Si bien es incierto el impacto que la crisis actual pueda tener en las elecciones del 2021, es muy probable que el partido gobernante Morena (Movimiento de Regeneración Nacional, izquierda) obtenga menos votos y curules como consecuencia del enojo social ocasionado por la crisis económica", señala el informe, compartido por su analistas con Sputnik.
Rebeldes sin apoyo
Los gobernadores han advertido particularmente en contra del manejo de los recursos destinados a la atención de la pandemia, señalando que ante la falta de apoyo del Gobierno Federal sus estados han debido asumir los costos con recursos de sus menguados presupuestos.
"Ninguno de los estados hemos recibido ni siquiera apoyo para el tema de la salud, mucho menos para la reactivación económica", dijo el gobernador del extenso estado Chihuahua, fronterizo con EEUU, Javier Corral.
López Obrador respondió a los gobernadores acusándolos de actuar de un modo "politiquero y propagandístico".
Para la analista del Centro de Investigación y Docencia Económica, Palmira Tapias, la dureza en las expresiones de los gobernadores y del presidente, refleja cómo se desarrollarán las elecciones del próximo año.
"En la antesala de los comicios, los actores políticos y económicos saben que la gestión de la crisis sanitaria tendrá un costo político, pero también crea nuevas oportunidades para cambiar los equilibrios de poder en México", señaló a Sputnik la politóloga, que realizó estudios de posgrado en Oxford.
Consecuencias severas
En coincidencia con Tapia, el informe de Integralia señala que el gobierno deberá enfrentar no sólo las consecuencias sociales de la pandemia, sino particularmente las económicas, que se estima perdurarán.
"Las implicaciones económicas de la crisis sanitaria serán severas; si bien algunos indicadores como el tipo de cambio y el precio del dólar se han estabilizado, los datos de la economía real a abril y mayo muestran caídas muy significativas", advierte el reporte.
Y subraya el talón de Aquiles de este país ante sus históricos socios comerciales de Norteamérica: "esa misma descoordinación ha imperado en la reactivación económica".
