Año a año, miles de familias y jóvenes deben tomar una difícil decisión: huir o morir. El crimen organizado, los grupos armados, la apatridia y décadas de conflicto representan un grave riesgo para las poblaciones de las Américas, principalmente para las que habitan Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala.
Ellas huyen de la violencia, las amenazas, la extorsión, el reclutamiento de las pandillas o la explotación sexual y trata, así como de la violencia sexual y de género. Todas estos peligros son agravados por la inestabilidad socio económica y la pobreza, y por el COVID-19.
Estas personas se ven forzados a dejar sus hogares y poner sus vidas en peligro para recorrer caminos peligrosos, con el objetivo de encontrar un lugar seguro para vivir. Tal es el caso de Raúl, de 65 años, que según ACNUR huyó con su familia desde El Salvador a Guatemala.
"Teníamos nuestra propia panadería en El Salvador, hasta que llegaron las pandillas, y ya no pudimos seguir vendiendo nuestro pan. Nos amenazaron hasta que salimos del país", contó.
En Nicaragua, ACNUR señala que más de 110.000 personas han abandonado su país en busca de un lugar seguro.
🇧🇴 Gobierno boliviano confía en que México impedirá huida de refugiados en embajada en La Paz 👇https://t.co/eB80PJTWUG
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 16, 2020
A su vez, Colombia es el país con más desplazados internos del mundo, y el segundo con mayor cantidad de refugiados, después de Turquía. En 2019 la ACNUR contó 7,9 millones de desplazamientos internos, casi 82.000 eran personas que se vieron obligadas a desplazarse por primera vez. Colombia acogió 1,8 millones de venezolanos desplazados; de un total de 3,6 millones que hay en el mundo.
Según datos de ACNUR, hay:
- Alrededor de 400.200 refugiados y solicitantes de asilo de El Salvador, Honduras y Guatemala en el mundo.
- Más de 69.000 solicitantes de asilo y refugiados en México.
- Más de 318.000 desplazados internos en Honduras y El Salvador.
- Más de 110.000 solicitantes de asilo de Nicaragua en el mundo.