"Como resultado de una discusión en el Consejo de Seguridad Nacional, se decidió cancelar la instalación de Aegis Ashore en las prefecturas de Yamaguchi y Akita", dijo Kono, citado por la televisión NHK.
"Debemos analizar ahora cómo actuar a mediano y largo plazo", señaló el ministro.
El funcionario había señalado que su país renunciaría a Aegis Ashore debido, entre otros factores, a su coste, los plazos de despliegue y una serie de problemas técnicos.
El ministro argumentó que se requiere demasiado tiempo e ingentes recursos financieros para asegurar que los aceleradores de misiles caigan en los sitios de lanzamiento, sin poner en riesgo las zonas residenciales.
"Entendimos que no podemos controlar dónde caerán los propulsores de esos misiles", dijo Kono en una rueda de prensa para periodistas extranjeros en Tokio.
Si bien antes el Gobierno aseguraba a la población que podía controlar el peligro que representaba la caída de esos fragmentos, el ministro, de hecho, reconoció que fue un error.
"No podemos seguir con el proyecto Aegis Ashore y debemos cancelarlo", subrayó.
Por otro lado, el alto funcionario advirtió que los misiles de Corea del Norte siguen siendo una amenaza para el país.
"Tenemos que proteger a la gente, por eso abordaremos cómo podemos hacerlo", señaló.
En ese sentido, Kono cuestionó el concepto de ataque preventivo promovido por otros países.
"No creo que el ataque preventivo sea un concepto correcto", apostilló.
Su emplazamiento, previsto en un principio para el año 2023, en las prefecturas de Akita (noroeste) y Yamaguchi (suroeste) permitiría proteger todo el territorio del país insular, según los cálculos, mientras que el coste rondaba unos 890 millones de dólares por sistema.
Rusia ha señalado en repetidas ocasiones que esos planes de Japón podrían dañar la estabilidad estratégica en la región y obstaculizar las negociaciones del tratado de paz, un asunto pendiente entre Moscú y Tokio desde el fin de la II Guerra Mundial.